Estado de los ESTADOS

24/06/2010 - 01:31

Por: Lilia Arellano
“Si quieres la paz no hablas con tus amigos, hablas con tus enemigos”: Moshe Dayan

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Junio 23, 2010.- Todo parece indicar que el elevado costo político de las ilegales grabaciones de conversaciones de gobernadores del PRI, difundidas en horario estelar por el Partido Acción Nacional, le será cargado únicamente al dirigente nacional panista, César Nava, quien al igual que su antecesor, Germán Martínez Cazares, también asumirá sólo las contundentes derrotas que resentirá el partido del inquilino de Los Pinos en 14 entidades el próximo 4 de Julio. En el Puerto de Veracruz, el gobernador Fidel Herrera deslindó a Felipe Calderón y a Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación, de las grabaciones y difusión de sus conversaciones telefónicas y del orquestado ataque mediático en su contra a tan sólo unos días de los comicios. No obstante, el mandatario priista arremetió contra el líder formal albiazul, al que llamó “delincuente confeso”  y lo responsabilizó del espionaje telefónico.

Lo anterior fue el resultado de uno de los acuerdos logrados –sin que se haya filtrado hasta ahora el real alcance de los mismos- después de una reunión entre Herrera  y Calderón, una importante entrevista que se da justo en el centro del huracán político del desencuentro de la administración federal y la cúpula priísta, por la artera agresión que representaron las grabaciones de conversaciones de mandatarios tricolores en las que se pretende exhibir la presunta participación de “los primeros priístas” de Veracruz y Oaxaca para fortalecer las campañas de los candidatos de su partido a sucederlos, así como el financiamiento de sus actividades proselitistas con recursos públicos. Al llegar a Veracruz, a donde asistió a inaugurar la Regata Bicentenaria 2000, el titular del Ejecutivo, con toda intención y con una gran descortesía política, rompió el protocolo y saludó primero a la comisión de bienvenida al Estado y, hasta el final, apenas le extendió la mano al gobernador veracruzano.

Por unos momentos pareció que los festejos patrios representaban una tregua entre las escaramuzas políticas y electorales de los últimos días. A bordo del buque Papaloapan, y luego de que concluyó el pase de revista de nu . . .
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