lunes, 26 de julio de 2010

Cuando las chachalacas cambian de piel


Jairo Calixto Albarrán


Encantado de la vida de saber que con el permiso de las autoridades del Cereso de Durango, reos vengadores salían por las noches a cometer toda clase de matazones en la zona de Torreón, supe que las cosas iban conforme a derecho. Eso sí, yo pensaba que había suficientes sicarios en la calle pero, dadas las circunstancias, no hay tantos como podría imaginarse y el crimen organizado tiene que reclutar a la mano de obra carcelaria para cumplimentar las estrategias de la sangre con daños colaterales incluidos.

Datos que se agregan con gracia a los miles de huérfanos que se desprenden de la narcoguerra. Maravillas de la violencia desatada frente a un burocrático aparato de seguridad al que lo carcome la abulia y el valemadrismo, como bien apunta en su libro y en su quehacer cotidiano la señora Isabel Miranda de Wallace.

Una cosa era que los tambos del país fueran permisivos (sus puertas, como se ha sabido, no están cerradas con tres candados) y fuente inagotable de maldad (de ahí emergen las llamadas telefónicas que aterrorizan a la población con sus chantajes), y otra que de plano sean el refugio de matarifes e hijosdeputa.

Lo que me devuelve la fe en la humanidad es que ganaron los Pumas; le abollaron la corona al Toluca, lo cual abre con un buen augurio una temporada que no se veía muy bien que digamos.

Mientras tanto, El Peje llena el Zócalo frente a las sonrisas socarronas de sus enemigos y el ánimo perrón de sus feligreses que conforman esas multitudes que están, como es natural, un poco hasta la madre de lo que ocurre en la patria que parece una mala versión de Charros contra gánsters. Aunque ya no se sabe quiénes son los charros y quienes los gánsters.

Explicar la convocatoria de AMLO, su capacidad para atraer a las masas, no tiene que ver con el pensamiento mágico, sino con una agenda que toca temas sociales que el resto del aparato político ni ve ni oye.

Hay reiteradas críticas contra el tabasqueño, se le acusa de repetir el mensaje, de atorarse en el mismo discurso paranoico, en contraposición con el capitalismo salvaje, como si la economía de mercado hubiera impedido, por ejemplo, los 5 millones de pobres que en menos de un año se han incorporado a las nutridas filas del desempleo, el resentimiento y la falta de perspectivas de desarrollo.

Frente a la arrogancia priista, con Gaviotón incluido, la grisura panista y la güeva que generan Los Chuchos, es bueno que El Peje ande suelto hacia el 2012. Le pondrá sabor chachalaquiento a las elecciones. Lo peor que pueden hacer sus adversarios es menospreciarlo.

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