La fuente son los Narcos

Escrito por Luis Cardenas Lopez
Lunes 26 de Julio de 2010 19:25
Desapareció, así nada más. Los datos no son “oficiales”, solo el silencio. La fuente, una vez más, son los secuestradores, los criminales, ellos sí tienen un sistema de comunicación social, ellos sí dan datos, pruebas de vida, confesiones, nombres y apellidos. Hoy se difundió una carta fechada el diez de junio en donde al parecer, Diego Fernández de Cevallos pide a su hijo Diego negociar a la brevedad su rescate. “Cualquier consejo de que le hagas al "pobre" es absurdo y será fatal”, dice el político. A la par del escrito, se difundió una nueva fotografía, muy similar a la primera. Ahora se aprecia más su torso desnudo, muy delgado, y sostiene entre sus manos la edición número 1751 de la revista Proceso, en circulación desde el 23 de mayo, con él en la portada. ¿Serán la carta y la foto tan auténticas, como el video de la ejecución Nájera, el policía de Laredo que incrimina a la Directora del Penal de Gómez Palacio, acusándola de dejar salir a los presos para cometer asesinatos, haciéndola indirectamente responsable de la masacre en la Quinta Italia? La fuente es el crimen. La fuente es el narco. La fuente es quien verdaderamente gobierna el país. Las declaraciones oficiales solo son una burla, un silencio, en el mejor de los casos. Se siente desesperación en la misiva del Jefe Diego, se lee angustia, súplica, promesas de pago futuro: “Insisto en que todo lo pagaré”, escribe. Muy lejos ya del hombre soberbio (él mismo se describió alguna vez así), del “echado para adelante”, del abogado que infundía miedo en sus contrapartes. ¿Será auténtica?, ¿Sus hijos regatean el pago del rescate? Mientras tanto, tres narco videos más acusan a distintas autoridades de Coahuila y Durango de trabajar con el narco, concretamente con los Zetas, en uno le preguntan a Gerardo Adame, policía de Torreón, si ha sido torturado en los siete días que lleva levantado, ante su negativa, la voz en off dice: Para que vean que nosotros no torturamos ni matamos a gente inocente. Nadie sabe aún si Adame sigue vivo.