"Caminos"

Editorial Diario Libertad

Según el polémico escritor brasileño Pablo Coelho, “cuando el hombre sabe a dónde va (lo que quiere, lo que vino a hacer a este Mundo) todas las fuerzas del Universo se mueven para que logre su objetivo”.
Sólo que éste no es un concepto que quede claro para la mayoría de las personas, que si no saben ni siquiera si vinieron a este mundo por su propia voluntad o los trajeron, menos van a saber hacia dónde dirigir a los demás; pero es algo totalmente cierto.
El problema radica precisamente en que la gente no sabe bien a bien qué es lo que quiere, qué es lo que busca; o dicho de otra manera, cual o cuales son sus metas.
Qué es más o menos lo que le sucede al grupo Sicilia, que promueve y fuerza reuniones, pero finalmente no llegan a nada.  Todo queda en la exposición de los diferentes puntos de vista y el único acuerdo al que llegan es que volverán a reunirse.
A la propuesta que hicieron para que renunciara Genaro García Luna (del que por cierto ya no se ha vuelto a saber nada después de que se pidió se aplicara la Ley y le retiraran la ciudadanía por haber recibido en Colombia una condecoración, por cierto inmerecida) obtuvieron como respuesta el que Calderón lo sentara de taquígrafo en la siguiente reunión.
Y aunque desviando sus iniciales propósitos, hoy los del grupo Sicilia se han convertido en gestores de los males de la sociedad (lo que al parecer los hace muy felices) pero acabarán siendo ignorados por las Autoridades, que si todavía se prestan a escuchar sus quejas, pronto se desharán de ellos encomendándoles los asuntos a sus subalternos, donde dormirán, como siempre se ha sabido, el sueño de los justos.
Por lo que es necesario que, si quieren Sicilia y sus seguidores impactar favorablemente con sus propósitos, deberán sentarse a fijarlos de manera muy detenida, y a perseguirlos hasta lograrlos; no andarlos cambiando como hicieron con las propuestas de Ciudad Juárez que desecharon y que le costó a Sicilia perder tantos adeptos.
De otra manera, les va a suceder lo mismo que a Vicente Fox, quien habiendo convenientemente arreglado el arribo de Calderón a Los Pinos, el michoacano ya no le toma ni las llamadas.