martes, 27 de septiembre de 2011

La farsa del “gobierno de coalición”

Columna incómoda.

Alexia Barrios G.
@alexiabarriosg
2011-09-27


Para quienes pensaron que el debate sobre la alianza electoral en el 2012 entre PAN-PRD-PT y MC había concluido y que era un tema ya rebasado, hay que refrescarles la visión y decirles que dicha propuesta no sólo se ha reactivado, sino que está siendo empujada con fuerza por una increíble alianza: Manuel Camacho Solís-Marcelo Ebrardo, Manlio Fabio Beltrones, la corriente Nueva Izquierda del PRD, legisladores el PAN encabezados por Javier Corral Jurado y… por supuesto, Felipe Calderón Hinojosa.

Bajo la oferta de “gobierno de coalición”, dos políticos distanciados histórica e ideológicamente como Manuel Camacho y Manlio Fabio Beltrones, lanzaron la propuesta  a la opinión pública el pasado 19 de septiembre en dos artículos en dos medios nacionales, El Universal y Reforma, a la cual se han sumado “espontáneamente” Federico Reyes Heroles, Juan Ramón de la Fuente, José Woldenberg (estos últimos cartas alternas del PAN y Calderón a la candidatura presidencial o al GDF).


La propuesta del “gobierno de coalición” llega con todo un equipamiento intelectual, jurídico y político. El 15 de septiembre, en el Senado, fuera de tiempo y “de casualidad” Manlio Fabio Beltrones presentó una iniciativa de reforma constitucional para que el Senado apruebe la posibilidad de que el próximo presidente de la República se ampare a la figura de “gobierno de coalición” y comparta su gabinete, su plan de trabajo y someta sus acciones al Congreso de la Unión; o sea, un régimen semiparlamentario.

Y sin ser pura “casualidad” una iniciativa similar la lanzaron el 23 de septiembre los diputados federales Javier Corral (operador de la alianza anti-PRI en Oaxaca y el Edomex) y Guadalupe Acosta Naranjo (flamante cuadro de los Chuchos del PRD).

Para darle más aire de la propuesta, en Querétaro, esta semana algunas asociaciones civiles, llevan a cabo esta misma semana el coloquio “Semipresidencialismo en México ¿Salida al estancamiento del régimen?”, a la cual asisten Marcelo Ebrard y Manlio Fabio Beltrones, y otros actores relevantes más, como Porfirio Muñoz Ledo (del que se espera un poscionamiento fuerte de MORENA para no legitimar este foro).

En Querétaro, el 25 de septiembre, Marcelo Ebrard, reiteró la propuesta que lanzara el 12 de julio pasado, al sugerir un cambio de régimen; la separación entre Jefe de Estado y Jefe de Gobierno, así como la posibilidad de contar con un gobierno de coalición con mayoría en el Congreso.

“Si se organizan gobiernos de coalición el gobierno siempre tendría mayoría en la Cámara para llevar a cabo sus programas, hoy en día no es así. Hay mucho consenso de muchas fuerzas políticas”, apunto el discípulo de Manuel Camacho Solís, casi en el mismo tono que las iniciativas que presentaron PAN y Chuchos ante los Diputados y Beltrones en el Senado.

La propuesta de “gobierno de coalición” se podría entender como inteligente y democrática fórmula necesaria y hasta urgente para que México llegue al proceso electoral del 2012 sin tanta ingobernabilidad y desquiciamiento social. La situación actual de narcoviolencia y la falta de mayorías en el Congreso de la Unión, apuntarían que la fórmula de Camacho/Ebrard/Chuchos/PAN  es la correcta y que sería hasta tonto autoexcluirse.

Pero se trata de una gran trampa. Primero, porque como iniciativa de reforma representa una aberración jurídica, desfasada y oportunista. Segundo, porque quieren poner al Senado por encima de la  Cámara de Diputados, del titular del Ejecutivo federal y del Poder Judicial, sin pasar por una reforma radical al sistema político mexicano. Y tercero, porque se trata de una farsa de la dupla Camacho-Beltrones para ofertar a Felipe Calderón que el PRI puede ser derrotado por otra vía: la del gobierno de coalición, aunque en el fondo sea la misma gata revolcada de las alianzas anti-PRI.

En el fondo, para estos grupos del “gobierno de coalición”, quieren ser parte de la repartición del pastel presidencial en el 2012 y tener una rebanada asegurada, porque por ahora, en sus respectivos partidos y alianzas, nomás no se les ven posibilidades.

Para Camacho/Ebrard el tema le permite tener argumentos para rebasar por esta vía el desgaste con Andrés Manuel López Obrador y para Beltrones, una elegante forma de deshacerse o de acotar a Enrique Peña Nieto.

Sin duda, esta propuesta tomará más fuerza en los próximos días. Y hay que esperar que Andrés Manuel, desde la izquierda, fije su posición sobre el tema de gobierno de coalición, y que los peñistas hagan lo propio con Beltrones.

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