lunes, 31 de mayo de 2010

Y si reapareciera el “SubJefe Ardillo Macho Diego”!!!

Y si se autosecuestró o quienes lo capturaron lo dejan libre???
Podría llegar a ser presidente de México gracias a la falta de memoria y torpeza electoral de los votantes mexicanos y a que tiene algunos ‘fans’, aunque ustedes no lo crean,  ¡Que miedo!
La Rata (por Hernández)
(…) Pero el escenario más curioso que ha surgido de todo este embrollo con un reparto estelar es que El Jefe se habría secuestrado a sí mismo, un “autosecuestro” en el argot criminal mexicano, y que pronto reaparecerá como salvador del PAN y será presentado como candidato presencial del maltrecho partido derechista en 2012.
Diego Fernández de Cevallos, una voz machista, misógina y racista (que una vez argumentó que las costumbres y hábitos indígenas promueven el sacrificio humano) cuenta con el respaldo incondicional de los sectores más retrógrados del PAN y del PRI. El Jefe Diego ha sido uno de los que mueven los hilos en la política durante una generación, frecuentemente acusado de tráfico de influencias y con antiguos vínculos con la fortuna de la familia del desprestigiado ex presidente Carlos Salinas, por haber aprobado la quema de boletas de la elección presidencial de 1988 robada por Salinas al izquierdista Cuauhtémoc Cárdenas por lo que el PAN recibió su primera gobernación (Baja California) y Fernández de Cevallos una suntuosa mansión en la ostentosa zona de Punta Diamante en Acapulco.
A pesar de un comienzo inicialmente fuerte como candidato presidencial del PAN en 1994, El Jefe Diego abandonó inexplicablemente su campaña y desapareció de la vista pública. Cuando terminó por volver a la campaña, el sucesor de Salinas, Ernesto Zedillo, había tomado la delantera. Analistas políticos como Granados Chapa sugieren que hubo un arreglo.
Ahora, con el capital político de su partido a la baja, el resultado de la devastadora depresión económica, la pérdida de la guerra contra la droga, y la presidencia inepta de Calderón, el retorno de El Jefe Diego lo transformaría en una especie de candidato de la línea dura que ansían muchos mexicanos. “Necesitamos un hombre fuerte con una mano dura como El Jefe Diego para poner orden en este lío. Rezo por su retorno,” me dijo un joven simpatizante, Eder Lenero, mientras tomábamos café la semana pasada.
Como hechos a propósito, carteles mostrando la fotografía del rostro agresivo de Fernández de Cevallos y a un lado la inscripción “¡Diego, estamos contigo!” aparecieron repentinamente en Querétaro, pero fueron retirados rápidamente por orden de su familia.
Fragmento de un artículo de John Roos en Rebelión

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