HOY HABLARE... LA GUERRA CONTRA EL NARCO

HOY HABLARE…
Por Oscar Alejandro González Avilés
Hola que tal; qué nos dejara la “guerra contra el narcotráfico”; en los últimos tiempos hemos sido testigos de como ha crecido la violencia en México. En tan sólo quince años, la presencia de México en los diarios internacionales ha pasado del tema económico al de seguridad. El que fuera un país pacífico ahora aparece en las portadas de los noticieros y periódicos internacionales con notas sobre asesinatos, raptos y decapitaciones.
A pesar de las acciones emprendidas por el gobierno “del empleo”, las cifras siguen en aumento y son cada día más alarmantes. Hay quienes hablan de un Estado fallido, pero es necesario analizar de fondo las razones para la creciente violencia en el país. Es innegable que el aumento en la violencia está estrechamente relacionado con la también ascendente actividad criminal en el país. La falta de una estrategia de combate a los cárteles de la droga que prevaleció por años propició la corrupción y creó un ambiente propicio para su proliferación. Sin embargo, existen otros factores que el debate suele dejar de lado y que bien cabe analizar aquí.
Primero, la ubicación geográfica que tiene México. Su vecindad con Estados Unidos de América le ha permitido acceder a uno de los mayores mercados en el mundo. Esto es altamente atractivo no sólo a los comerciantes, sino también a las organizaciones criminales. La firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte trajo un aumento en el intercambio entre estos países, pero no una reducción en los controles en la frontera, sobre todo entre la de México y Estados Unidos. Estos controles se acrecentaron aún más después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. En la década de los 90, el gobierno de Estados Unidos modificó sustancialmente la estructura de la lucha contra la distribución de drogas, basada principalmente en una interdicción o mayor presencia de agentes policíacos en zonas de tránsito para la protección de la frontera con México. Esta estrategia ha dado como resultado un traslado en la disputa por la distribución de drogas a territorio mexicano. Por citar un ejemplo; Los cárteles sudamericanos, quienes antes lograban transportar sus mercancías directamente a territorio estadounidense, se vieron en la necesidad de hacer conexiones con sus colegas mexicanos en la búsqueda de nuevas rutas de distribución hacia Estados Unidos. Esto es, la cerrazón de la frontera americana volvió más poderosos a los cárteles mexicanos quienes antes únicamente se enfocaban en un limitado mercado doméstico o local, basado en un mercado de drogas naturales, como la marihuana.
Por otra parte, con la interdicción en zonas de tránsito, o sea con una mayor presencia de efectivos policíacos, se ha presentado un cambio en los patrones de consumo en el mercado de drogas en Estados Unidos. Poco a poco, nuestros vecinos del norte han cambiado sus preferencias dejando atrás las drogas “naturales” por las drogas sintéticas, aquellas que incluyen las anfetaminas, metanfetaminas y éxtasis; que son suministradas principalmente por laboratorios industriales en el sureste de Asia, donde además se producen grandes cantidades de tabletas de metanfetaminas y otras sustancias como la ketamina.
Lo anterior, ha dado como resultado una disminución del mercado para la cocaína y la heroína proveniente de América del Sur, principalmente. Lo que ha obligado a los productores de drogas a buscar nuevos mercados para estas drogas aquí en nuestro país, lo que ha desencadenado el consumo de estas drogas en el territorio mexicano.
Desgraciadamente, estas condiciones no sólo han convertido a México en un nuevo mercado, sino también en territorio que sirve como punto de conexión para la distribución hacia el resto del mundo, principalmente Norteamérica y Europa. Literalmente, los cárteles están peleando por el control de las zonas de distribución en un mercado a la baja. Es decir, antes nuestro país solo era ruta de droga, ahora es distribuidor y lamentablemente consumidor.
Además, los cambios en el mercado y la cerrazón de la frontera han obligado a los cárteles a buscar nuevos negocios que les permitan extraordinarias ganancias. El tipo de organización para el tráfico de drogas les ha permitido hacerse de dos actividades ilícitas más, el rapto y la piratería. Los cárteles se manejan ahora como grandes corporaciones que ofertan varios productos. Ahora cuentan con brazos armados que se dedican al secuestro y la extorsión, mientras otros se dedican a la producción y distribución de material ilícito. En conjunto, las tres actividades no sólo han resultado sumamente lucrativas, sino que también les permiten el control de grandes regiones del territorio mexicano. Estas actividades resultan críticas para controlar también el tráfico de armas, los prostíbulos, las máquinas tragamonedas, además de negocios legales como gasolineras y tiendas de comestibles que les sirven para el lavado de dinero y el control de la población.
Paradójicamente, los mayores controles en la zona fronteriza y en las rutas del narcotráfico han creado un mercado ilícito de proporciones macroeconómicas. Por un lado, la disminución de la demanda en Estados Unidos y las acciones de control (detenciones y confiscaciones) del Estado mexicano han obligado a los cárteles a buscar nuevas actividades ilícitas que les permitan compensar las pérdidas en sus ganancias. Por el otro, la disminución en la oferta de droga crea la expectativa de una ganancia mayor; entonces, es de esperarse que los cárteles compitan por el control del mercado remanente. Un incremento en la violencia entre organizaciones criminales es del todo inminente.
La lucha contra el narcotráfico y la violencia que ésta acarrea no es tarea fácil. Los gobiernos actuales, de ambos lados de la frontera, tienen que tomar decisiones combinadas entre proteger la salud o la seguridad pública, muchas veces una a costa de la otra. Una política integral de lucha contra las drogas ilegales implica que los gobiernos tienen que atacar ambos problemas simultáneamente. Esto implica la acción coordinada de muchas instancias y niveles de gobierno, así como entre países. Lamentablemente, esta opción obliga a los gobiernos a seguir en sus acciones de control que invariablemente acarrean violencia entre los criminales que manejan el mundo de las drogas.
Si el Estado mexicano continúa con su política de una aplicación integral y efectiva de las leyes, es de esperarse un ascenso en la violencia relacionada con acciones criminales en México en el corto plazo.
Contrario a lo que dicen muchos grupos, la legalización de la drogas en este contexto aparecería como un error histórico. Se necesita continuar con una aplicación integral y efectiva de las leyes combinada con educación, prevención y tratamiento como la única opción viable para una reducción del uso ilícito de las drogas y sus devastadoras consecuencias sin poner en peligro la salud pública.
En su obra “El Príncipe”, Nicolás Maquiavelo aconseja a los príncipes que deben ser amados y temidos simultáneamente. Pero como estas relaciones raramente existen al mismo tiempo, aclara que es preferible ser temido que amado. Fundamenta su pensamiento en que en el momento de una revolución, el pueblo puede que se olvide del amor, pero el temor siempre lo perseguirá. En consecuencia, si un soberano es temido hay menos posibilidades de que sea destronado. Además Maquiavelo aconseja que sobre todas las cosas uno siempre debe evitar ser odiado, ya que en esa situación nada impedirá que termine destronado. Para evitar ser odiado el príncipe nunca debe interferir con los bienes de sus súbditos ni con sus esposas, ya que argumenta que un subordinado olvida más rápido la muerte de su padre que la pérdida de sus riquezas.
Sin duda en los próximos años, seguiremos escuchando notas sobre narcotráfico, asesinatos, raptos y decapitaciones en nuestro país.
Por hoy me despido, lo invito a que reflexione este tema y recuerde que estoy a sus órdenes a través del correo electrónico: oscarglez7@hotmail.com
Gracias.