miércoles, 21 de julio de 2010

Desilusión, el evasivo mago Blake y otra madre coraje

Erich Moncada

21 de julio, 2010 - 12:03 | 

Señor, yo voté por ti. Discutí con mi familia y con mucha gente porque voté por ti. Porque de verdad pensé que el peligro estaba en otro lado. Voté por ti y me defraudaste. Y no voté por ti porque hayas prometido ser "el presidente del empleo", ni porque hayas prometido quitar la tenencia vehicular. No. Porque me pareciste una persona. Y mira lo que pasa. -- Patricia Alonso, mamá de Yeyé, (video).
El fraude electoral de 2006 nos dejó a millones tristes, deprimidos y enojados, pero la desilusión por Calderón ha dejado a millones más en la desesperanza. Son los arrepentidos por haber votado por el excandidato presidencial blanquiazul, los que se tragaron la propaganda de odio, celebraron la imposición de FCH en el poder e hirieron de muerte a la democracia. A lo largo de cuatro años, muchos han despertado de su letargo ante la ausencia de resultados positivos y la abundancia de fracasos en la economía, la seguridad pública y la apabullante decadencia de las instituciones. Y vaya de qué manera: La tragedia del 5 de junio fue la cereza sobre el pastel donde la corrupción política, las políticas privatizadoras y la impunidad rampante provocaron uno de los accidentes más terribles de nuestra historia contemporánea. Julio César Márquez, papá de Yeyé, confesó que solía criticar a los luchadores sociales y dejar que los problemas fueran resueltos por otros. Roberto Zavala, papá de Santiago, reconoció haber sido priista y ser responsable por acudir a las urnas a legitimar a los culpables de la muerte de su hijo.
En efecto, el peligro para México no era Andrés Manuel, quien tuvo razón al decir en 2008: "¿Se atreverán a reconocer con honestidad que nos asiste la razón?" Muchos de los que votaron por Calderón saben que su sufragio es responsable de la tragedia nacional, han reconocido su error y puedo asegurarles que lucharán a nuestro lado, codo a codo, para vencer a la mafia que se apoderó de México.
El evasivo mago Blake Durante su visita a Hermosillo, el flamante secretario de Gobernación respondió a las preguntas de los medios de comunicación. Al ser increpado sobre los avances en las indagatorias penales del caso ABC, el visiblemente nervioso e inseguro Francisco Blake Mora informó brevemente: "Hay cuatro averiguaciones consignadas por homicidio y lesiones. Hay 26 presuntos responsables: uno de ellos falleció, 25 están en este momento en esta indagatoria; 17 personas ya fueron detenidas, ocho personas se encuentran prófugas, 13 órdenes de aprehensión respecto a estas conductas... Hasta ahí le puedo informar respecto de las indagatorias. Por supuesto, hay un compromiso del Gobierno Federal con la ley, que prevalezca el derecho a favor de la justicia".
Eso fue todo lo que se habló sobre justicia. Si en realidad tuvieran un compromiso con ella, ¿por qué no asistió a la reunión el procurador Arturo Chávez Chávez? ¿Por qué no informar a detalle sobre el curso de las investigaciones, en lugar de sólo lanzar dinero a las familias afectadas? Algo tan sencillo hubieran sido útil para apaciguar el enojo, la frustración y el mal sabor de boca que dejó a todos la desafortunada visita. ¿Por qué no se anunció la separación del cargo de Daniel Karam, aprovechando los recientes cambios en el gabinete? El Gobierno Federal prefirió exhibir una vez más su insensibilidad con los gobernados... y así colocó un clavo más sobre su ataúd.
Otra madre coraje Fracasó el Estado Mayor Presidencial al evitar el uso de teléfonos celulares en la reunión que sostuvieron los papás ABC con Felipe Calderón. De nuevo tuvo que soportar que le dijeran la neta como cuando lo increpó en Ciudad Juárez Luz María Dávila, madre de Marcos y José Luis Piña, fallecidos en la masacre en Villas de Salvarcar. A pesar del aparatoso dispositivo de seguridad, de el carácter privado de la reunión  y de que se negó el acceso a los medios, alguien se las ingenió para meter un celular y registrar la MADRIZA que Patricia Alonso le puso al mandatario espurio. Tenemos que soportar los desatinos de FeCal durante otros dos años, pero este tipo de intervenciones representan una catarsis necesaria y un desahogo bien merecido. A Calderón le hace falta enfrentar con mayor frecuencia el enojo ciudadano para enseñarle sus errores y aplastar su arrogancia... aunque los reclamos no sirvan de mucho para hacerlo cambiar de opinión.

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