Fecal, el verdadero peligro para México

Fernando Valencia (@vandercito)

07 de Octubre, 2010 - 07:35 |  

 

Espurio, palero, inepto, traidor, asesino; esos son solo algunos de los calificativos que la opinión publica le ha otorgado a Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, actual mandatario Federal.

Su llegada al poder se vio inmersa en un mar de ilegalidades y favoritismos por parte de los minoritarios grupos de empresarios poderosos que blindaron y promovieron su campaña presidencial desprestigiando a sus adversarios políticos, en particular a Andrés Manuel López Obrador. Calderón Hinojosa también fue favorecido electoralmente desde Los Pinos por el entonces Presidente Vicente Fox Quesada cuando, este último, hizo uso de su encumbrada posición para llevar a cabo la ejecución de la maquinaria del proselitismo político a favor de su partido. Junto a los empresarios, la campaña del michoacano lanzo spots en radio y televisión espetando que López Obrador era un peligro para México.

Al día de hoy jelipillo vuelve recordar dichas tretas antidemocráticas y dice no arrepentirse de haber exhibido así a quien muy probablemente gano, en realidad, las elecciones federales de julio de 2006.

AMLO revira y recomienda al mandatario que debería disculparse, dice que él jamás hablaría o usaría un adjetivo calificativo de esa índole para referirse al Presidente (tengo mis dudas, durante su campaña presidencial en 2006, llamo chachalaca a Fox).

Sin embargo, si hablamos de peligro para el país, ese lo representa el calderonato y la mafia para quien trabajan día con día él y los suyos. Desde las primeras horas de su administración, Calderón dio inicio a una encarnizada batalla, perdida por cierto, en contra del crimen organizado que ha dejado en miles la cantidad de caídos por las balas y con el agravio de que, pese al uso de las fuerzas federales, parece que dicha realidad se recrudece significativamente con el paso del tiempo, aún cuando los objetivos planteados por el presidencialismo seguramente son los de efecto opuesto.

En otro ramo de la delincuencia que, se vislumbra, esta mejor organizada que el Gobierno, la tasa de secuestros y homicidios por el mismo concepto ha aumentado de manera considerable durante los cuatro años que lleva en el poder la ineficiente administración de Felipe Calderón. Incluso han emergido organizaciones no gubernamentales para reclamarle al Gobierno del calderonato para que tome la parte que le corresponde en términos de ejecución e impartición de justicia para con secuestradores y asesinos.

Crisis no han faltado durante lo que va del sexenio. En 2009, el caso de los 49 niños fallecidos en la guardería ABC trajo a la ciudad de México a los padres de los pequeños para ejercer la presión mediática necesaria con el fin de que el Gobierno Federal esclareciera el caso y encarcelara a los responsables de la tragedia que pudo haberse evitado.

¿Y Los culpables? En la calle, disfrutando de la libertad cuando deberían de estar pagando penas ejemplares por su negligencia. Ante este hecho, Calderón Hinojosa y su ineptitud no da la cara.

Su Gobierno, califico las multiejecuciones de jóvenes en el norte del país, como homicidios masivos de criminales en contra de criminales. Ya era mucho que el señor presidente no se hiciera cargo de tal crisis y fue personalmente a dar sus inservibles condolencias a las madres y padres de los jóvenes ejecutados por el narco. No se dejaron esperar los reclamos y una madre valerosa lo confronto y cuestiono con la infalible arma del desconsuelo y dolor de haber perdido a sus dos hijos por culpa de una guerra iniciada y promovida por el Ejecutivo Federal y que claramente ha perdido en todos y cada uno de sus frentes de batalla, batalla fallida. Ante los cuestionamientos, Calderón no dijo nada, se quedo callado como el cobarde e inepto que es.

Mucho se puede decir de lo traidor, vende patria que es Felipe Calderón Hinojosa, del espurio e ilegitimo mandatario que es, del palero de los mafiosos que ostentan el poder en que se convirtió.

A todo esto ¿Quién, entonces es el verdadero peligro para México?

A mí me queda claro ¿A usted, querido lector?

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