martes, 12 de octubre de 2010

La Crisis Política de la Universidad de Guadalajara. Parte IX

Carlos Ramírez Ladewig, me incorpora como ideólogo a la FEG.

Cuando Carlos Ramírez Ladewig, decidió iniciar la transformación de la FEG en una organización civilizada, con un rostro educado y decente frente a la sociedad, para comenzar a borrar la imagen del pistolerismo, de la brutalidad y del "importamadrismo" frente a las leyes y reglamentos gubernamentales, que comprendía violar reglamentos de tránsito, portar armas y desatar balaceras en la vía pública con cualquier pretexto, así como asaltar impunemente licorerías y todo tipo de negocios, no solamente por dirigentes del Comité de la FEG, sino también por los comités de las sociedades de alumnos de escuelas secundarias, prepas y facultades. La FEG los autorizaba a vender protección a todos los negocios cercanos o dentro de su territorio. La idea de Carlos Ramírez Ladewig era modificar sustancialmente esta imagen gorilesca de la FEG. Y para ello su decisión fue nombrar candidato al estudiante de Derecho José Manuel Correa Ceseña, antiguo militante del grupo de galleros (Frente Revolucionario Estudiantil Universitario, FREU), que había sido dirigido en su tiempo por el hijo del difunto ex-gobernador de Jalisco, J. Jesús González Gallo, "el Chacho", J. Jesús González Gortázar. Por eso les decían "los galleros", y Correa había pertenecido al grupo de descendientes de ese movimiento, (l963-l965). La campaña de los galleros la encabezaba como candidato a la FEG un tipo de apellido Wolwort, protegido de "EL chacho", pero fueron derrotados por el candidato oficial Hermenegildo Romo García (a) "El Gorilón", quien luego fuera asesinado por elementos del Frente Estudiantil Revolucionario(FER), un año antes de mi llegada a la Universidad de Guadalajara, en 1970. Correa Ceseña, pues, era el primer candidato único que llegaba pacíficamente a la dirección de la FEG. Para ello Carlos Ramírez Ladewig, me sugirió incorporarme al cuerpo de oradores del candidato en su campaña. Los primeros tres días de la misma pronuncié discursos que fueron considerados espectaculares por el alboroto que provocaban en los estudiantes de todos los niveles, y como yo explicaba en ellos en qué consistía la ideología de la FEG, basada en un socialismo democrático y nacionalista, y a Correa le parecían discursos muy radicales, pero además, Correa era incapaz de competir con mi estilo de oratoria que en realidad era agitación política de izquierda, que por cierto era respetuosa de los términos ideológicos fegistas, y sin embargo calentaba el ánimo de la muchachada, que no estaban acostumbrados a escuchar tal estilo de agitación política. Correa Ceseña no resistió la presión y me corrió al tercer día de campaña, con el pretexto de que mis discursos eran "muy radicales". A los dos días me encontré circunstancialmente en un evento académico con Carlos Ramírez Ladewig y, al saludarnos, me preguntó qué tal marchaba la campaña de José Manuel. Le dije ignorarlo porque Correa me había corrido como orador por considerar demasiado radicales mis planteamientos. Mandó llamar a Correa, le puso una regañada y lo obligó a presentarse a mi casa a suplicarme volviese a ocupar mi puesto como orador de campaña. Cuando Correa comprobó mi peso político frente a Carlos Ramírez Ladewig, cambió su actitud y entonces me pidió mi aportación cultural pero para él en lo individual. Yo le contesté lo mismo que le dije a Guillermo Gómez Reyes un par de años antes, recién llegado yo a la Universidad. Sirvo a causas e instituciones superiores, no sirvo a individuos en lo particular. Lamentablemente, casos como éste se repitieron varias veces. Una de esas veces fue con el Lic. Juan Hernández Rivas, director de la Escuela Preparatoria Nocturna para Trabajadores. Yo había elegido esa preparatoria para mi actividad magisterial, porque los alumnos eran trabajadores y allí podría reclutar buenos elementos para formar un círculo de estudios en mi casa y de ese modo reclutarlos para el PPS, a fin de no violar la Ley Orgánica de la Universidad ni los convenios pactados con el Presidente de la FEG (Guillermo Gómez Reyes) ni con Carlos Ramírez Ladewig. Me condujo con Juan, un miembro del Comité de la FEG. Juan simuló recibirme con entusiasmo, y tuvo a bien enviar calurosos saludos tanto al Presidente de la FEG como al líder Carlos Ramírez Ladewig. La consigna era que me diera muchas clases, pero Juan, pretextando que yo era gente de "El Alemán", uno de sus adversarios dentro del escenario político estudiantil, sólo me dio una hora a la semana, de una asignatura que todos despreciaban; era una clase que cobraban pero no la impartían: Estética. Dos meses después Carlos Ramírez Ladewig me citó en su despacho del IMSS. Me preguntó sonriente cuáles eran mis progresos como maestro. Le contesté que no eran muchos, que se limitaban a mis ingresos económicos derivados de una hora de clase a la semana. El rostro de Carlos palideció. Le confirmé lo dicho y tomó una expresión sombría. Tomó el teléfono y se comunicó con Juan Hernandez Rivas a su despacho del INJM, hoy CODE. Iracundo Carlos, le puso una regañada terrible. En suma, Juan Hernández Rivas fue despedido de la dirección de la Prepa Nocturna, pero también como director del INJM, hoy CODE. Desde entonces este tipo me odia con rencor gitano, no obstante que quién cometió el error de indisciplina y desobediencia, fue él. En otra ocasión me citó para preguntarme mi edad, porque quería proponerme como director de la misma Escuela Preparatoria Nocturna. Le dije mi edad, lo cual le sorprendió, pues me consideraba más joven. Le pregunté que si ya había comentado con alguien su propósito, y me contestó afirmativamente. Entonces le dije que acababa de ganarme un enemigo para siempre en la persona de Genaro Cornejo Cornejo, viejo ex-presidente de la FEG, quien fungía como líder, pastor y guía político de esa escuela. Y que nunca aceptaría como verdad mi inocencia respecto de esa propuesta. Carlos aceptó mi argumento y sólo contestó, intentando justificar la futura actitud de Genaro: "-Es la lucha por la vida. Pero tú no te preocupes, yo hablaré personalmente con Genaro sobre esto"... Unos meses más tarde se Repitió el asunto, pero ahora el proyecto del Lic. Carlos era hacerme director de la Escuela Preparatoria No.5. En esta ocasión le dije que el enemigo conseguido era José Manuel Correa Ceseña, quien ya se consideraba dueño de esa escuela, por haberse construido durante su gestión como presidente de la FEG. El Lic. Carlos movió negativamente la cabeza y reconoció mi razonamiento una vez más. Después de meditar un momento, me dijo: "-Está bien. La próxima escuela creada será tuya, esté quien esté en la presidencia de la FEG, ¡No faltaba más!..." Yo solamente añadí débilmente: ¡Ojalá y sea una preparatoria para trabajadores! "-Así será..." sentenció el Lic. Carlos Ramírez... Y es que en 1973, ocurrieron hechos importantes, que habían registrado mi participación como orador, en presencia del Lic. Carlos Ramírez Ladewig. A principios de diciembre de 1972, estuvo el Presidente Salvador Allende, en nuestro campus universitario de la U. de G. Pronunció un sensacional discurso en el auditorio que hoy lleva su nombre y dejó una profunda huella en la vida universitaria del país y de América Latina. Pero el Presidente Allende murió durante el golpe de Estado en Chile, encabezado por el general Augusto Pinochet, cabeza de la traición a su gobierno, apoyado flagrantemente por la derecha chilena, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el gobierno de los EE.UU. de Norteamérica. La FEG organizó un acto multitudinario de protesta. Fue un mitin frente e la Normal. Carlos Ramírez Ladewig me impuso como orador en ese evento. El éxito y el respeto logrado frente a la masa estudiantil y magisterial fue sonoro y definitivo. A los pocos días, en el mes de octubre, para celebrar un aniversario más de la fundación de la Universidad, la Facultad de Filosofía de la U. de G. convocó al I Simposio de Ideología Universitaria. Siendo yo maestro de la Preparatoria Nocturna, la dirección me nombró delegado para participar como asistente. Llegué temprano al evento, y me encontré con la sorpresa de que ya estaba dentro del auditorio Salvador Allende el Lic. Carlos Ramírez Ladewig. Enseguida me preguntó en qué mesa me habían inscrito como orador, y le dije que en ninguna, que solamente asistía como delegado representando a los maestros de la prepa nocturna. Volvió la cabeza como buscando a alguien, precisamente en el momento que iba llegando el Presidente de la FEG, José Manuel Correa Ceseña. Lo llamó y allí mismo le ordenó incorporarme como orador en la mesa correspondiente a la FEG. Correa obedeció servilmente, pero con evidente disgusto, mismo que se cuidaba mucho de mostrarlo frente al Lic. Carlos. Así quedé registrado como orador oficial por la Mesa de la FEG. Desarrollado ya el evento, Carlos Ramírez Ladewig intervino como orador como ex-presidente de la FEG, y durante su intervención tuvo a bien mencionar mi nombre un par de veces, apoyando la tesis de la diversidad de expresiones socialistas, para darle cabida a su interpretación personal sobre el socialismo democrático y nacionalista. Cuando me tocó a mí hacer uso de la palabra en la tribuna del simposio, José Manuel Correa Ceseña me envió un papelito, a la vista de todos, en el que me pedía fuera lo más breve posible. Todavía conservo ese papelito como recuerdo. Porque, disciplinado como soy, lo obedecí al pie de la letra. Dada la importancia del tema, fui todo lo breve que pude... Hablé durante cuarenta minutos. Al concluir mi exposición, el Lic. Carlos Ramírez se puso de pié aplaudiendo con entusiasmo. Me hizo la señal de que me sentara a su lado... Y comenzó el desfile de la bufaliza, con hileras de maestros y dirigentes estudiantiles que pasaban a felicitarme, aunque lo hacían para quedar bien con el Lic. Carlos. Una envidia brutal consumía irrefrenablemente a muchos líderes fegistas que, desde ese momento, me veían como un enemigo a vencer, como un obstáculo para sus ambiciones y proyectos personales. El contenido de este discurso lo dejamos para el siguiente capítulo de la serie. 19-IX-2008.

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