lunes, 4 de octubre de 2010

La crísis política en la Universidad de Guadalajara. Parte II


(ver el prefacio y el capitulo I, en anteriores entradas en Atotovive)

PISTOLERISMO CORPORATIVO.


Por José Dolores Mártir.



Lo que hemos dicho hasta aquí es una serie de elementos de carácter histórico, para comprender la génesis de los conflictos que se están dando dentro del grupo político de la U. de G. El grupo era conocido como Uni-Feg, mientras su líder moral y político, Carlos Ramírez Ladewig vivía, es decir, hasta septiembre 12 de 1975, en que fue asesinado por un grupo paramilitar presuntamente dirigido por alguna de las policías políticas del Gobierno Federal. Por cierto que estos cuerpos represivos, manejados soterradamentre por el Gobierno Federal, penetraron la estructura del grupo político universitario y, aquí en Guadalajara, eran patrocinados por el Comandante de la XV Zona Militar Federico Amaya
Rodríguez. La cobertura para este tipo de asociación entre porros, delincuentes y pistoleros al servicio del presidente de la FEG en turno, era la confrontación política y supuestamente ideológica entre el Frente Estudiantil Revolucionario, bajo la dirección del grupo de los Zuno (Rubén y Andrés, principalmente) y los dirigentes estudiantiles armados de la FEG. A partir de José Manuel Correa Ceseña, como candidato único y pacífico a la FEG, se iniciaron las planillas de candidato único: Félix Flores Gómez, Raúl Padilla López, Horacio García Pérez, José Trinidad Padilla López, Tonatiuh Bravo Padilla, Gilberto Parra Rodríguez, y el resto hasta que estalló la crisis por el reparto del botín universitario, entre los bandos encabezados por Raúl Padilla López por una parte y por la otra Alvaro Ramírez Ladewig y Horacio García Pérez. La guerra la ganó Raúl Padilla, desplazando al candidato a líder moral sustituto de Carlos Ramírez Ladewig, Alvaro Ramírez Ladewig, quien junto con Horacio y otros dirigentes derrotados se les marginó del manejo de los mecanismos de poder político y administrativo en el ámbito institucional. Raúl orquestó el desconocimiento de la FEG como organismo representativo de la masa estudiantil, y en su lugar se instaló a la Federación de Estudiantes universitarios (FEU), leal a Padilla López. Y es que el manejar a los líderes estudiantiles no era ningún problema. Todo muchacho que se sentía con zancas de jinete para competir por una dirigencia estudiantil, se cuadraba y subordinaba ante un miembro del grupo político directivo, invariablemente ex-presidente de la FEG, y con el respaldo de algún miembro del "sanedrín" órgano colegiado informal y de poder real que administraba el medio universitario, tanto en lo político como en lo administrativo, obtenía la autorización para participar en la competencia electoral en alguna escuela o facultad. Una vez lograda la participación, el precandidato pedía a quien lo apadrinaba: carro, pistola y "garantías" para moverse sin trabas dentro del medio estudiantil si de golpear o intimidar a los adversarios electorales se trataba. En cuanto a los maestros, el procedimiento de control político era mucho más sencillo. Los profesores y técnicos docentes no contaban con una organización sindical que los protegiese. Estaban agrupados en la Federación de Sociedades de Profesores Universitarios (FPU), cuyo presidente era uno de los más obtusos dirigentes universitarios (según opinión de Raúl Padilla López, expresada en el comedor de mi casa) Genaro Cornejo Cornejo. Su estolidez intelectual lo llevaba a la aplicación más primitiva del corporativismo priista, partido en el que militaban todos los ex-presidentes de la FEG hasta Raúl Padilla López. A partir de entonces, todos los expresidentes de la FEG mostraron inclinaciones ideológicas y políticas hacia la izquierda. Gilberto Parra y Tonatiuh, por ejemplo, han sido diputados federales y Regidores por el PRD. Horacio, fue Regidor también, pero por el Partido Socialista Unificado de México (PSUM), se sumó a las huestes de Alejandro Gascón Mercado y llegó a dirigente nacional del Partido de la Revolución Socialista, luego llamado Partido de los Comunistas Mexicanos. Pero volviendo al tema de Genaro Cornejo Cornejo, tuve experiencias concretas de sus intentos de control político de tipo corporativo. Siendo yo director y fundador de la Escuela Preparatoria No. 2 para Trabajadores, cuando la FPU de Genaro, convocaba a una reunión gremial, lo primero que hacía era sentar a su derecha al director de la escuela (yo francamente no asistía a esas reuniones, o bien, si asistía, me sentaba entre mis compañeros maestros para participar en los debates como tal, pues también desempeñaba el cargo docente). Sólo por el hecho de que el director de la escuela no aceptaba presidir junto con él las reuniones, se creaba una situación tensa y Genaro se enfurecía y lanzaba acusaciones diversas en contra de quienes él mismo denunciaba como agitadores que se proponían sustituir a la FPU por un sindicato. Y en el colmo de la furia, exclamaba que no importaba cuánto hicieran tales perturbadores del orden universitario, ya que en última instancia, de surgir un sindicato de maestros, él sería el Secretario General, y luego gritaba: ¿o hay alguno aquí que esté en contra? Si alguna respuesta crítica se daba (porque en esa escuela preparatoria nocturna trabajaban los maestros de más elevada cultura política), entonces Genaro estallaba y decía que esa actitud crítica la consideraba una agresión de tipo personal. Era pues, el sistema de control más primitivo, pero también más brutal. El sistema corporativo de control político siempre existió dentro de la Universidad, incluso en el período prolongado presidido por Carlos Ramírez Ladewig. Para él era natural que su grupo de presión aplicara esas técnicas priistas dada la militancia de él y todos sus cuadros dentro de ese partido. Pero además el era una continuación humana y política de su padre Margarito Ramírez Miranda, quien protagonizó algunos hechos relevantes en el período del Plan de Agua Prieta, (1920) cuando Alvaro Obregón se rebeló ante la decisión política de don Venustiano Carranza, de señalar como candidato presidencial al Ing. Ignacio Bonillas, embajador de México en los Estados Unidos de Norteamérica. Don Margarito Ramírez, vistió de ferrocarrilero (garrotero) a Obregón y lo sacó de la Ciudad de México hacia el Estado de Guerrero. laro que la recompensa posterior fue abundante y variada: diputado federal, senador, gobernador del territorio de Quintana Roo, Director de los Ferrocarriles Nacionales y del penal de las Islas Marías. Siendo pues, don Margarito Ramírez (a quien me tocó conocer en los últimos días de su vida, en su cama de enfermo, para conversar sobre la situación de México, junto con Alejandro Gascón Mercado, por entonces dirigente del Partido del Pueblo Mexicano (PPM), un personaje ligado al proceso revolucionario derivado del movimiento armado de 1910 a 1917, era lógico que Carlos Ramírez militara políticamente en el partido político de su padre, aunque siempre mantuvo una actitud crítica sobre las ideas y actitudes políticas del PRI. Incluso se atribuye su asesinato a las relaciones que en la última etapa de su vida mantuvo conlas organizaciones de la izquierda mexicana, y las ideas que públicamente expresó en diversas ocasiones en una postura crítica hacia el sistema al que él mismo pertenecía. Pero de eso nos vamos a ocupar en el siguiente capítulo de esta serie.

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