jueves, 14 de octubre de 2010

La Crisis Política en la Universidad de Guadalajara. XI


LA DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DE LA UNIVERSIDAD. 1973


Por José Dolores Mártir

Sin la intención de restar méritos a muchas de las intervenciones de quienes participaron en las diversas mesas de trabajo de la I Jornada de Ideología Universitaria (Mesa de ex-dirigentes del FESO, de ex-Rectores, de ex-Presidentes de la FEG, y aquella en que participé: la Mesa de la FEG o comité directivo en funciones)la ovación de respuesta del auditorio al finalizar nuestro discurso para explicar la ideología de la Universidad y de la FEG, sólo pudo compararse con la prodigada al discurso del presidente de la Mesa de ex-presidentes de la FEG Lic. Carlos Ramírez Ladewig, y a la final al aprobar la nueva Declaración de Principios para la Universidad, por aclamación general. ¿Que sostenía esa Declaración de Principios, y en qué entorno ideológico y político se ubicaba en ese año de 1973? Eran los comienzos del régimen presidencial echeverrista, estaba fresco totalmente el ambiente de solidaridad que el gobierno federal brindaba al exilio chileno, después del golpe de Estado asestado criminalmente al régimen democrático del Presidente Salvador Allende. Se había celebrado un mitin multitudinario frente a la Normal, en la confluencia de la Avenida Alcalde y la calzada Manuel Avila Camacho, condenando el cuartelazo encabezado por el general Augusto Pinochet y sus secuaces, que habían traicionado la voluntad democrática del pueblo chileno, con el apoyo abierto y cínico del imperialismo norteamericano. Miles de chilenos de todas las corrientes políticas e ideológicas habían arribado a México, y especialmente a Guadalajara, en calidad de exiliados. Pero la mayoría de estos refugiados, con sus excepciones obvias, no se parecían mucho a la corriente de refugiados que nos llegó de España con motivo de su guerra civil (1936-1939). Estos refugiados chilenos nos recordaban más a los argentinos (por lo menos al cliché popular que presenta al argentino como inmodesto, soberbio y ególatra), que al refugiado que viene intentando integrarse a su nueva patria procurando aportar sus capacidades y posibilidades humanas, técnicas e intelectuales al país anfitrión, y al mismo tiempo difundir la cultura de su pueblo. No. Nada de eso. Estos refugiados venían con aires ganadores y no de perdedores; con ánimos de triunfadores y no con aires de derrotados. En el seno de la Universidad de Guadalajara por lo menos, los chilenos más relevantes intentaban en todo momento darnos lecciones a los pobrecitos mexicanos, de cómo se pareparaba una revolución. Aprovechaban el ambiente propicio para el debate ideológico y se presentaban como teóricos tan intelectualizados que esperaban una respuesta nuestra de arrobo y fascinación por su sabiduría en temas relacionados con la lucha revolucionaria. Pero, bueno, ese es otro tema que merece reflexiones aparte.Pero sí queremos resaltar la escenografía nacional e internacional que servía de marco a la propuesta de una Declaración de Principios única por sus definiciones, en el escenario ideológico y político universitario de México. Por otra parte, debo precisar que en los contenidos de ese discurso de 1973, no era la ideología personal de José Dolores Mártir, la que se exponía, SINO MI PROPIA CAPACIDAD DE INTERPRETACIÓN de lo que el Lic. Carlos Ramírez Ladewig deseaba que se dijera en esa tribuna a nombre de la mesa de la FEG. De allí el profundo disgusto de José Manuel Correa Ceseña, presidente en ese momento, de la organización estudiantil, porque fuera yo el ponente y no él o alguno de sus allegados. Y es que, de acuerdo a los usos y costumbres de la FEG, esos eventos importantes son la oportunidad para darle juego a los cuadros que se desea proyectar para que ganen imagen y de ese modo pavimentarles el camino hacia los cargos y responsabilidades bien pagados en el medio universitario, especialmente en el ramo administrativo de la institución. Es la filosofía de la participación. El que participa figura, y el que figura se coloca. Ese es el origen de los celos y conflictos que propicia la formación de grupos y facciones en pugna. Participar, figurar, colocarse en la nómina o en los peldaños ascencionales de la política. Ya con un buen sueldo y privilegios alcanzados, comprarse una buena casa, un carro del año, presumir una querida guapa, educar a sus hijos en algún colegio privado (como lo hacen los acomplejados que sienten carecer de "pedigrí aristocrático"); comprar o construir una casa de descanso en la playa, o bien, en la ciudad, alguna mal llamada granjita en donde no se producen más que borracheras con los cuates. Ese es el cuadro psicológico de esta capa social clase mediera, generalmente sin principios, que es capaz de gritar vivas al socialismo, siempre que esto le reditúe ganancias personales de todo tipo. Recuerdo una expresión de Alfredo Chavarría Velasco (a)"el loco Chavarría", que afirmaba estar a favor del Comunismo Internacional, pero enemigo del Partido Comunista Mexicano. ¿Por qué? Porque el PC le disputó a la FEG el control de la Universidad, a través de Ismael Lozano. Este tipo de gente, por lo menos la mayoría que llenaba el auditorio "Salvador Allende" aquel 11 de septiembre de 1973, es la que prorrumpió en ovación cerrada y prolongada en favor de la nueva Declaración de Principios para la Universidad. Y allí estaba Raúl Padilla aplaudiendo rabiosamente. Y lo hizo con un entusiasmo desbordante, si bien no sincero, sí para quedar bien con el Lic. Carlos Ramírez Ladewig, allí presente. ¿Qué afirmaba esa Declaración de Principios? Lo siguiente:

DECLARACION DE PRINCIPIOS DE LA UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA.


I SIGUIENDO LOS DESIGNIOS HISTÓRICOS DE MÉXICO, LA UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA, SE DECLARA FIEL CUMPLIDORA DE LOS ANHELOS POPULARES, IDENTIFICASE PLENAMENTE CON LAS MAYORÍAS QUE LA CONFORMAN Y ESTABLECE VÍNCULOS INDISOLUBLES ENTRE PUEBLO Y UNIVERSIDAD.


II LA UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA ES DE IZQUIERDA, POPULAR, DEMOCRÁTICA Y SOCIALISTA, UNIDA PLENAMENTE CON LOS POSTULADOS DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA, Y ES ESENCIALMENTE NACIONALISTA Y DE ESTADO.



III LA UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA, HA MANTENIDO Y MANTIENE VERTICALIDAD UNIVERSITARIA POR SU CIMENTACIÓN HISTÓRICA, MISMA QUE LE DIO ORIGEN Y CON LA CUAL HA DEMOSTRADO PLENA AUTENTICIDAD.



IV LA UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA, EN SU LUCHA REVOLUCIONARIA A TRAVÉS DE SUS FUNDADORES, LAS GENERACIONES PASADAS Y ACTUALES, FUNCIONARIOS Y DIRIGENTES ESTUDIANTILES, MAESTROS Y ALUMNOS, HA MANIFESTADO IDENTIFICACIÓN IDEOLÓGICA QUE SE TRANSMITE EN LA CONCORDANCIA DE FINES Y OBJETIVOS.



V LA UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA, TRABAJA POR LA CREACIÓN Y DIFUSIÓN DE LA CULTURA.


Esto es lo que se aprobó por unánime y atronadora aclamación al concluir la Primera Jornada de Ideología universitaria aquel mes de octubre de 1973. ¿El lector siente que algún rescoldo quede de aquellos fuegos fatuos? ¿Tienen algo que ver con estas ideas los planteamientos y acciones del grupo padillista o briseñista? En el siguiente artículo, el número doce, vamos a exponer lo que ocurrió al grupo universitario con motivo del asesinato del Lic. Carlos Ramírez Ladewig. 17/10/08

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