jueves, 28 de octubre de 2010

La Crisis Política en la Universidad de Guadalajara. XX.


GENERACION JUVENIL SIN IDEAS. ASI EMPEZO TODO EN LA U. DE G.

Por José Dolores Mártir.

El elemento humano, su capacidad, su sensibilidad, su creatividad, y los prejuicios de todo tipo que imperan durante una época, así como las limitaciones que impone un sistema de organización social, económica, politica y cultural en una comunidad determinada, explican los avances, retrocesos y estancamientos que obligan a marchar a cierto ritmo lento o a la inmobilidad a una comunidad cultural como la universitaria. El grupo político de la Universidad de Guadalajara, dado que siempre fue un grupo de presión del PRI, hasta antes de la ruptura de Alvaro Ramírez con el medio político oficial, todavía priista, formaba y deformaba a sus cuadros dentro del sistema corporativo del que formaba parte. Después de la ruptura, este sistema político de control prevaleció hasta la fecha, porque todos los involucrados en las confrontaciones interiores de la U. de G., actuaban según los moldes que en su vida política priista habían aprendido. El corporativismo es un sistema de control político que penetró todas las capas sociales en lo general, y todos los vericuetos de la actividad pública y privada. Por eso ni los universitarios, aun siendo considerados como una capa ilustrada de la sociedad, han podido deshacerse de tales hábitos de control político, aunque se consideren de izquierda. Y no estoy seguro de que tengan interés alguno en abandonar tales prácticas corporativas, pues de ser así, tendrían que practicar algo que desconocen: la democracia. Por lo cual, seguirán proclamando la democracia como su bandera política, pero seguirán actuando corporativamente porque no saben hacer otra cosa. A eso se debe principalmente la sobrevivencia de ese sistema antidemocrático de la vida política en la U. de G. independientemente del grupo político concreto que lo encabece. Raul Padilla estudió marxismo, y sin embargo, llegada la oportunidad de ejercer el poder, y luego de encabezarlo, simuló intenciones democratizadoras, especialmente para el consumo de los medios de informacion masiva, pero finalmente aplicó en su momento el corporativismo más escueto, como en la reunión del Consejo Universitario de agosto, que destituyó a Briseño como Rector... Pero Carlos Briseño hubiera hecho exactamente lo mismo, porque lo que bien se aprende nunca se olvida. No se trata pues, de las buenas o malas intenciones personales de un líder o cabecilla, es el sistema imperante el que exige para su propia sobrevivencia, aplicar soluciones corporativas a los problemas surgidos y urgidos de soluciones. En 1989 se escuchaba como demanda, la realización de un congreso general universitario, para discutir abierta y democráticamente la forma de dar solución a los múltiples problemas académicos de la Universidad. Eso hubiera sido excelente, pero ni siquiera los que proponían ese congreso sabían de lo que estaban hablando. Un congreso general, sin exclusiones facciosas, hubiera brindado la oportunidad a todas las tendencias y corrientes del pensamiento universitario de proponer tesis y soluciones diversas para sacar del atraso académico y tecnológico a las aulas, es decir, a maestros y estudiantes. Hubiera sido un magnífico camino para democratizar la enseñanza sin exclusiones ideológicas. Se habría podido proponer la reeducación general del magisterio, especialmente del bachillerato, para revivir sus propósitos originales y que consistían en dotar al estudiante del esquema esencial de la cultura universal desde un punto de vista crítico, a partir de una metodología científica para el razonamiento, como lo proponía la Segunda Comisión del Primer Congreso de Universitarios Mexicanos de 1933, pero que abortó por el golpe de mano realizado mancomunadamente por la derecha y el Partido Comunista. Esa derecha que proclamaba la libertad de enseñanza y su guerra a muerte en contra del Artículo Tercero Constitucional, y que en cuanto tuvo la oportunidad de dominar el paisaje político nacional, se esforzó y lo sigue haciendo hoy bajo el gobierno de la derecha yunquista, por acabar con todas las libertades, excepto la de imponer la educación religiosa en todos los niveles escolares, borrando, en la medida de lo posible, la educación laica y el predominio de la ciencia en la investigación. Si no lo cree, pregúntenle al gobernador sinarquista de Jalisco, que ordenó la sustitución de los libros de texto gratuitos, por otros en los que, en lugar de enseñar objetivamente lo que fue la Revolución Mexicana, difundió en los nuevos libros el cristerismo, es decir, la contrarrevolución cristera como uno de los acontecimientos esencialmente importantes en la historia de México del siglo XX. Se trata de conformar nuevas generaciones de mexicanos sin ideas, totalmente despolitizados, para que, una vez egresados de sus escuelas puedan ser fácilmente manipulados y explotados. Generaciones juveniles sin ideas, sin principios, cuando mucho pertrechados con una hipócrita formación religiosa obsoleta y falsa, a juzgar por los resultados de las acciones de gobiernos panistas regionales, la corrupta administración presidencial de Fox, y las medidas contraproducentes en economía, salud, educación y seguridad pública del espurio gobierno de Felipe Calderón. En cuanto a los hechos y conflictos generados en la Universidad de Guadalajara, de 1989 a la fecha, resulta conveniente transcribir otro artículo publicado en el diario "El Occidental", sobre ese tema, publicado el 17 de noviembre de 2002, con el título: "Generación Juvenil sin Ideas. Así empezó todo en la Universidad"... Vayamos pues, a su texto:

"Los universitarios siguen dando de qué hablar: pensiones y golpes. Grupos rivales se disputan el control de la institución. Los que ganaron en 1989 se sienten dueños. Los otros, despojados. La cúpula de jeques se resquebrajó y se cumplió la profecía de Carlos Ramírrez Ladewig: "Nadie podrá, desde afuera, echarnos de la Universidad. Cuando esto suceda, serán fuerzas mismas desde adentro".
Carlos hizo presidente de la FEG a Raul Padilla López, que era presidente de Filosofía, en recuerdo de su padre Raul Padilla Gutiérrez, que en vida fue eminente hombre de izquierda. Pero la afección patológica por el poder llevó a Raul a reventar el equilibrio de las fuerzas que existían entre los ex presidentes de la FEG, en su beneficio particular. Llegó a Rector respaldado por Alvaro Ramírez Ladewig, heredero político de Carlos, aunque sin ninguna experiencia en el ramo. ALVARO FUE ADVERTIDO DE LOS RIESGOS, PERO AUN ASI LO SOSTUVO PAGANDO PRONTO EL PRECIO, QUEDANDO DESPLAZADO DEL LIDERAZGO HEREDADO. El gobernador Cosío jugó al árbitro cuando ambos grupos se arrojaban improperios y denuncias penales. Yo escribí y publiqué en la revista "Diez" de Hermenegildo Holguín, un artículo que sintetiza lo que entonces ocurría. Se llamó: "El gobernador amarra navajas" (23-IV.-1990). Transcribo algunos párrafos que hablan del problema, encubierto por banderas de defensa de la educación popular por parte de Alvaro y Horacio García Pérez, y por el otro lado la bandera de la modernización administrativa y la excelencia académica, supuesta máscara de la privatización universitaria. Decía: "Por ninguno de los dos grupos enfrentados se puede poner la mano al fuego. Ambos fueron paridos por la misma madre y sus rasgos físicos son semejantes. Pero las acusaciones que uno de los bandos hace públicamente al Rector, nos obligan a reflexionar un poco. PARA QUE UNA ACUSACION, POR GRAVE QUE SEA, TENGA FUERZA MORAL, INDEPENDIENTEMENTE DE LAS FORMAS JURIDICAS, DEBE CUMPLIR EL ACUSADOR CON UNA CUOTA MINIMA -CONOCIDA-, DE HONESTIDAD. NO SE TRATA SIMPLEMENTE DE ACUSAR DE ROBO A DETERMINADO PERSONAJE, SOLO PORQUE NO SOY YO EL QUE ESTA ROBANDO. ESA HA SIDO UNA POSTURA POLITICA TRADICIONAL DE HORACIO, CUANDO INTENTA ABRIRSE PASO HACIA UNA POSICION. Pero hay funcionarios horacianos de los cuales se podría escribir todo un tratado de corruptelas y servilismo... En el conflicto actual de la Universidad no se trata de decidir quién es el más honrado. Ambos bandos adolecen de limitaciones semejantes. Ambos conciben a la Universidad como su habitat en propiedad y estiman natural servirse de él de manera directa o indirecta para elevar su disfrute particular de bienes y privilegios... Ese no es el asunto pues, a discusión. Tampoco importa quién enloda más a quién, ni si el Rector encontrará suficientes coberturas y escudos contra los proyectiles de sus adversarios. Lo importante es saber si la administración actual persistirá en su apertura hacia la democracia proclamada, en su respeto a la disidencia y en el impulso a la verdadera pluralidad... Lo importante también es saber si el Rector va a aceptar opiniones y participaciones en ese proceso, ajenas al aparato corporativo, independientes y honestas para sortear el vendaval hacia adentro y hacia fuera con mayor decisión. LA SALIDA DEL CONFLICTO ES LA SALIDA DEMOCRATICA. Y esta no pasa por Palacio de Gobierno ni por la Constructora Tenamaxtle. Los Oliverios exigen un Congreso General Universitario, pero cuando se les pregunta para qué lo quieren, ellos contestan ingenuamente: "...Para tumbar al Rector"... Un congreso de ese tipo sería saludable sin duda, pero promovida su organización por una comisión plural realmente al margen de las camisas de fuerza del aparato corporativo pero... a eso es a lo que al parecer le temen las dos fuerzas en pugna. Sería un congreso que se propusiera metas verdaderamente democráticas y académicas de superación y no pasajeros desahogos de facción. ¿Qué es lo que peleaban en el fondo ambas facciones? Lo que diré a continuación se basa en conversaciones que se dieron en mi propia casa, a donde concurrían los que integrarían luego ambas facciones. El plan de Alvaro Ramírez Ladewig era hacer Rector a Raul Padilla, porque esa intención había sido manifestada por Carlos, en vida. Pero el que se le había pegado en la misma trinchera política era Horacio García Pérez. Raul Padilla y su hermano Trino, vieron con simpatía que Alvaro ingresara al Partido del Pueblo Mexicano, dirigido por Alejandro Gascón Mercado, con quien mantenían buena relación. Pero Alvaro se metió hasta la cocina, junto con Horacio, en el mismo partido, en tantro que Raul mantenía su distancia. Luego el PPM se fusionó al PSUM y Alvaro y Horacio quedaron en puestos de dirección. Raul Padilla llenó una solicitud de ingreso, simuló incorporarse, pero luego mandó secuestrarla para recuperarla y no quedara rastro de la misma. Lo mismo cuando militantes del PSUM propusimos a Alvaro como candidato a gobernador, Raul intervino descaradamente para impedirlo y mandó a la convención a Rodolfo Gutiérrez Zermeño, para presenciar los jaloneos y obligar a Alvaro a declinar. Y es que, si Alvaro hubiera sido candidato a gobernador de oposición, eso hubiera restado mucha capacidad de maniobra a los intereses políticos de Raul, que siempre han sido llegar algún día a candidato a gobernador, con todo el apoyo infra estructural de la Universidad de Guadalajara. Bien, decíamos que el plan original de Alvaro Ramírez, ingenuidad aparte, era hacer Rector a Raul, pero llevando como Secretario General a Horacio García Pérez. Y que ambos, como buenos hermanitos se repartieran el botín. Horacio alguna vez me había dicho mientras cenábamos en un restaurante: "Raul es amigo, pero tratándose del poder y del control político de una posición, te pelea, desde un mozo hasta una cuchara"... Pronto él mismo lo comprobaría porque las negociaciones con Alvaro se hicieron tortuosas; se alegaron derechos de otros grupos y finalmente Horacio no llegó a Secretario General de la Universidad. Raul, viendo que Horacio estaba ganando todo el apoyo de Alvaro, vociferó en el sentido de que no sería un simple firmón de Horacio, quien -así lo creía Raul- controlaría la institución con el apoyo de Ramírez Ladewig, valido de su cercanía como militante político del heredero de Carlos Ramírez, asesinado en 1975 por una supuesta banda izquierdista del FRAP. Y el problema tronó. Raul reforzó su dominio universitario por todo el Estado, menudearon las denuncias penales por ilícitos cometidos por funcionarios horacianos, aunque nunca la sangre llegó al río, no obstante lo real de los delitos. Esas acusaciones eran simples confrontaciones políticas, como las acusaciones de hoy de los panistas contra los priistas de gobiernos anteriores. Se abrió la cloaca por un tiempo, y la sociedad se enteró de corruptelas reales sin fin. El gobierno de Cosío echaba cuentas tratando de ver cuánto podría redituarle a él políticamente el conflicto y le daba apoyos formales a unos, pero reales a otros. Todo lo que ocurre hoy son polvos de aquellos lodos. Ese es el verdadero origen de la pugna entre la FEG de hoy, que controla las Secundarias y la Normal, y la FEU que Raul Padilla promovió para sustituir a la FEG en el Consejo General Universitario. No hay ideas reales. No hay programas, no existe debate ideológico alguno, sólo la defensa del poder mismo de quienes lo están disfrutando y la nostalgia por el poder perdido de la facción disidente, hoy encabezada por Mayo Ramírez Gutiérrez, heredero político de Alvaro Ramírez Ladewig. Ahora que la prensa publica que estos chicos malos han golpeado a un funcionario de la Universidad y presionan duramente en algunas escuelas, el gobierno de hoy se hace el muertito y Trino Padilla como Rector, se preocupa porque el Procurador se tarda mucho en actuar. ¿Qué ocurre? Que el gobierno actual, feliz discípulo priista de Cosío Vidaurri, está dándole juego a los dos bandos para que se debiliten en lo posible y luego la corriente política panista pueda penetrar organizadamente en la Universidad. Esa maniobra política está dándole a los seguidores de Mayo Ramírez el margen de impunidad necesario para intranquilizar a las huestes raulianas tanto dentro de la Universidad como dentro de los partidos políticos donde Raul Padilla es importante accionista. Ese modelito político es el que Raul está aplicándole a Ibarra Pedroza y a Jorge Arana, que, dicho sea de paso, ambos tienen un lado oscuro por el que tendrán que pagar un precio. Ibarra Pedroza, al haber sido colaborador cercano de César Augusto Santiago, el mapache mayor del PRI, y Jorge Arana por su frivolidad y el vacío cerebro que le hizo contestarle a doña Piedad, de la colonia Jalisco, cuando le increpó por qué ya se iba de candidato a gobernador, dejando pendientes sus promesas de resolver tantos problemas en la colonia; él le contestó: "-¡Ay, señora! ¡Esas eran simples promesas de campaña!"... Pero volviendo a nuestro tema, debemos reflexionar en torno a la impunidad como protección a la gente disidente de la administración universitaria, dirigida por Mayo Ramírez. Se sospecha que el apoyo proviene del Gobierno del Estado. Los jóvenes son capaces de hacer tropelía y media, incluso perpetrar crímenes a nombre de lo que sea, a condición de contar con márgenes de impunidad; los mismos que la burguesía alemana concedía a las juventudes hitlerianas para que ejercieran la violencia contra otros partidos o contra otras razas "no arias"... Los jóvenes pueden derramar energía desordenada y hasta provocar una revuelta social, pero siempre basados en los márgenes de impunidad que el gobierno les conceda. Recuerden a los "Halcones" de Alfonso Martínez Domínguez, que el diablo tenga a fuego lento... Cada joven estudiante es un proyecto de vida, prometedor como una esperanza acariciable. Pero una educación torpe, simuladora de la cultura e inyectada de vicios de todo tipo y de excesos, los llega a convertir en duendes malignos, células de un cáncer social sin remedio que se comenzó a gestar cuando solapó holgazanerías a dirigentes estudiantiles que jamás entraron a clase y se les entregaron títulos y reconocimientos inmerecidos. Sin cultura, sin ideología y sin principios, esos jóvenes que disputan posiciones deseables de poder económico y político, a menudo, ni siquiera por su propio impulso, sino siguiendo patrones de conducta heredados, y objetivos impuestos por sus mayores, no pueden ni deben ser estimulados ni patrocinados por gobiernos o partidos que sólo ambicionan penetrar en el medio universitario a costa de lo que sea... Y no precisamente para dignificarlo o elevarlo"...

Por lo dicho en este artículo, nos enteramos de que las dos cabezas contendientes
y aspirantes a la Rectoría y Secretaría General de la Universidad, tenían la misma concepción de predominio, pues ninguno se resignaba a ser el firmón del otro. Queda claro que en la confrontación de entonces, como en la de hoy, entre padillistas y briseñistas, lo que menos hay son ideas, proyectos, principios o cualquiera de esa modalidad de frutos que produce el árbol que da moras: la moral. Y que, efectivamente, la fractura Y DIVISIÓN PROFUNDA ENTRE LOS JEQUES FUE DEFINITIVA, PERO NO PROVINO DE FUERA, SINO DESDE ADENTRO, COMO LO VATICINO EN SU TIEMPO, el Lic. Carlos Ramírez Ladewig. Tan resultó cierto que ha ocurrido dos veces, en l989, con Raul Padilla López, traicionando a Alvaro Ramírez Ladewig, y ahora en 2008, Raul Padilla López, traicionado por su hechura política: ese gremlin que puso de Rector de la U. de G. y que responde al nombre de Carlos Briseño.
04-XI-2008.

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