viernes, 8 de octubre de 2010

Vargas Llosa y una patada en los evos


Jairo Calixto Albarrán

08 octubre 2010
jairo.calixto@milenio.com

Estaba a punto de escribir los textos más laudatorios sobre Mario Vargas Llosa, pero ante la avalancha de vargasllosistas de clóset sólo me queda celebrar al maese cuando pide: “Ojalá me hayan dado el premio no por mis ideas políticas, sino por mis novelas”.

El autor, por supuesto, tiene una gran relación con México. Tanto que la patria es como una combinación entre Pantaleón y las visitadoras y La fiesta del chivo.


Vargas Llosa no sólo estableció el concepto de dictadura perfecta que afortunadamente no fue perpetua (aunque ya prendió las alarmas ante la posibilidad del retorno de los choznos de don Plutarco), sino que despertó en Vicente Fox una obsesión tan insana por convertirlo en premio Nobel, y con el empeño que caracteriza al ex presichente, sin duda un día lo logrará.


Deberíamos nacionalizar a don Mario para que con el mismo talento con el que armó La ciudad y los perros, nos ayude a comprender por qué luego de denostar al Peje, ahora priistas connotados, entre ellos don Emilio Gamboa Patrón, al que ya podemos acusar de pejista de clóset (chale, a ver si no me lo regaña Salinas), después de la defensa estrambótica que hizo de AMLO ahora que Calderón lo acusó por enésima vez de ser “un peligro para México”. ¡Aguas, que cuide su cartera!


Que con la misma mirada con la que Vargas Llosa escaneó La ciudad y los perros nos revele los secretos de la ausencia de ritos jíbaros en la comparecencia de Chávez & Chávez, quien salió incólume, pues los diputados que prometieron despedazarlo nomás no le hicieron daño. Mucho menos el dipu Godoy, quien no se presentó a hacérsela de la tocs en wings a su Lex Luthor de Bucareli. Entre más lo conozco, más admiro a Tiziano.


Sólo por eso que lo manden, para ver si sirve de algo, a Monterrey a preguntarle al gobernador Medina por qué ofrece generosos 250 mil pesos a quien ofrezca pistas para dar con los matones de la balacera de antier. Digo, para mí que esa recompensa se trata de trata; con esa lana no alcanza ni para comprarle un rosario a la Virgen de los sicarios si delatas a uno de su feligresía.


Que Vargas Llosa, que sabe de esas cosas porque lo manifiesta en Pantaleón y las visitadoras, nos ayude a comprender por qué a pesar de su empoderamiento, los canallas de Forbes no incluyeron en su lista de mujeres más poderosas encabezada por mrs. Obama y Lady Gaga, a la maestra Gordillo,a Mátrix Paredes o a Yamilé.


O sea, como una patada en los evos.


Dice el galardonado: “Escribo porque no soy feliz. Escribir es una manera de combatir la infelicidad”.

jairo.calixto@milenio.com

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