![]() | Irene Selser |
Los humildes multimillonarios del Tea Party | |
04 noviembre 2010 irene.selser@milenio.com | |
Pese a los pronósticos de quienes le han augurado al heterogéneo Tea Party una vida limitada, en especial por la falta de un liderazgo único y por su matriz ultraconservadora que ahuyentaría a los votantes independientes, los liberales y los jóvenes, está visto que la lucha apenas comienza, como advirtió ayer el reelecto senador republicano de Carolina del Sur, Jim DeMint, una de las figuras prominentes del movimiento. “Pónganse los guantes de box, la lucha empieza hoy”, le dijo DeMint a sus seguidores. “Menos gobierno, más libertad” es una de las consignas del Tea Party, cuya misión es, según DeMint “salvar al país”. Un discurso que, como recuerda Francois Vergoniolle, experto en las instituciones estadunidenses (Le Monde) abreva en un hecho histórico: el primer acto explícito de desobediencia civil, cuando el 16 de diciembre de 1773 sesenta bostonianos tomaron por asalto tres barcos de carga y arrojaron fuera de borda las mercancías para protestar contra los impuestos fijados por la monarquía británica sobre las exportaciones de té destinadas a las colonias de América del Norte (Tea Act). De ahí que se considere al Boston Tea Party como el episodio fundador de la guerra de Independencia americana (1775-1783). Con un programa de 10 puntos que le dio coherencia a partir de 2010 y un perfil que se nutre de las bases populistas de la cultura política estadunidensel, el movimiento ha sabido explotar la misma retórica de la época fundacional según las primeras palabras de la Constitución de 1787: “We The People”. Y es desde ese “Nosotros el Pueblo” que el Tea Party logró el martes apuntarse importantes victorias como la de sus candidatos al Senado, Rand Paul (Kentucky), el cubano-americano Marco Rubio (Florida) o Kelly Ayotte (Nueva Hampshire). El mérito: haber hecho que los ciudadanos de pequeñas ciudades castigadas duramente por la crisis hicieran oír sus voces olvidadas. “Eso tomó por sorpresa a los dos bandos políticos”, opina Bruce Gronbeck, profesor emérito de la Universidad de Iowa (EFE), para quien el movimiento “no tiene un futuro muy largo”. Pero, por lo que vimos el martes, el Tea Party tiene cuerda para rato. Un potencial capaz de dar la sorpresa en las presidenciales de 2012, tanto más cuanto que es financiado por conocidos multimillonarios como el magnate de las comunicaciones, Rupert Murdoch, o los septuagenarios hermanos David y Charles Koch, dueños de Koch Industries, con sede en Kansas, la segunda mayor empresa privada de EU, según la revista Forbes, con ingresos anuales mayores a los 100 mmdd y refinerías de crudo en Alaska, Texas y Minnesota. Esta lista continuará. |
jueves, 4 de noviembre de 2010
Daños colaterales
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