Encuestadoras manipuladas podrían ser jurídicamente responsables

Adrián Gómez Blanco

2011-06-17

Es un hecho irrefutable: el Partido Revolucionario Institucional usó durante el último año como su principal arma propagandística en los estados de Oaxaca, Guerrero y Puebla encuestas falsas para confundir a la población y tratar así de imponerse mediante su presencia mediática, haciéndose  publicidad en los medios con “encuestas” que les daban una supuesta “ventaja” de entre 20 y 30 puntos de diferencia adelante de quien resultará en realidad EL CANDIDATO GANADOR de todas esas elecciones.

—¡Y es que no hay “pero” que valga! Ahí están los testimonios de archivos hemerográficos y digitales al respecto

No es de extrañarse que el PRI-Edomex vuelva a las andadas con “la misma” táctica quemada de siempre desde el inicio de campañas, de que su candidato oficial del grupo de “Atlacolujos” supuestamente aventaja siempre a Encinas Rodríguez (de Alianza ‘Unidos Podemos Más’) con un 50% frente a 20%.

—Y hasta de risa: al PAN le regalan un enorme 15% “gratis” aunque nadie conozca un solo partidario de “Gris Felipe”. . . igualito que el ex-secretario Fernando Gómez-Mont dizque le ganaba a AMLO en “las encuestas” presidenciales rumbo al 2012 je je. . . 

Todas estas falsedades son el más grande insulto a la inteligencia del Pueblo mexiquense, que con su simpatía y participación ha abarrotado la campaña popular de Encinas en el Oriente, Norte y Occidente de la entidad. . . cosa que no podemos decir lo mismo por el intento de “mega-mitin”, desolado, de Eruviel Ávila (candidato de ‘Unidos por ti’) en Ciudad Neza, que terminó en gresca de grupos rivales acarreados, yo creo que para impresionar a aquél supuesto “jurado” designado por Eruviel, que repartiría hasta “coches” a los más “animados”. . .

Pero si la observación de los datos de “las encuestas” absolutamente —y convenientemente—equivocadas en México fuera poco, tenemos que a nivel internacional hemos visto en la actualidad cómo ni el país que tiene los métodos de sondeo de opinión más técnicamente practicados y refinados, los Estados Unidos de América, logran alcanzar sus encuestas el mítico “margen de error” que nunca debería ser mayor al 3% para tener alguna credibilidad, porque en las elecciones federales estadounidenses pasadas se demostró que sistemáticamente favorecieron al ultra-derechista partido —mal llamado— “republicano” por 5, 8 y hasta 10 puntos inventados de diferencia tanto en California y Arizona respecto de los candidatos del partido demócrata, como también especialmente en los muy disputados Virginia Occidental (West Virginia) e Illinois, donde en el primero de éstos ganó el demócrata contra todas las encuestas, que favorecieron siempre al empresario John Raese, quien al final perdió POR DIEZ PUNTOS, y en el segundo caso sí ganó el republicano, pero apenas por uno por ciento, cuando “las encuestas” le daban un margen mucho mayor de ventaja.

—¡Ni en EE.UU. sirven para nada las encuestas políticas, por su anchísimo margen de error, el cual además parece ser “partidario”! Y mucho menos en México, donde ni las hacen de verdad siquiera…

Aquí el punto es que las empresas encuestadoras, como cualquier otra actividad profesional y/o pública, están sujetas a la normatividad y principios generales de probidad y honestidad en el desempeño de su actividad, y así como el gremio periodístico es responsable de su labor (que lo digan los empresarios, socios esquilmadores de PEMEX, en su ofensiva ’versus’ la revista Contralínea), no menos puede serlo un medio que se dice de “estudio de la opinión pública”, máxime cuando hay evidencia de su involucramiento en propaganda electoral reglada por las leyes electorales especiales de la materia.

Y recordemos que así como el periodismo usa la expresión oral y escrita como su manifestación propia, estos grupos por su parte no usan palabras SINO CIFRAS, las cuales por serlo no pueden dejar de ser menos falsas que la calumnia verbal, habida cuenta de una intención de mendacidad de por medio.

Más allá de las responsabilidades jurídicas que puedan resultar de falsas empresas de propaganda electoral autodenominadas “encuestadoras”, o profesionales de la “comunicación”, y que estén entremetidas ilegalmente en actividades de propaganda electoral a favor de una cierta maquinaria política y en contra del patrimonio moral de entidades políticas legalmente constituidas del país, naturalmente que en el terreno de la realidad política el precio a pagar es que en México ya nadie le cree nada a las campañas triunfalistas de las derechas neoliberales que a los ojos de la ciudadanía “de a pie” han quedado sumidas en el desprestigio de lo irrelevante y falaz de sus promesas —como Eruviel que promete abolir Tenencia ya abolida, y dar gratis libros de gobierno ya gratuitos— así como de la sobre-exposición mediática que les resta valor real como vehículos de comunicación social, para convertirse solamente en expresión de un raudal de  marketing desechable.

Estas campañas tienen por su único objetivo el continuar con pésimos gobiernos que en el constante manejo de los miles de millones que reciben del Erario público Nacional, no rinden las cuentas claras, como aquellos sonados casos tanto de los multi-millonarios excedentes petroleros que obtuvo el gobierno de Vicente Fox durante su segundo trienio (que según él se gastaron nomás en puro “gasto corriente”) que nunca han sido fiscalizados por nadie (nomás vanas amenazas del PRI en el Congreso al respecto, cada que le conviene amagar con ello a Acción Nacional), como de las asignaciones de recursos federales a Edomex que nunca fueron presupuestadas ante el Congreso mexiquense por el ejecutivo del Estado, ni se justificaron ni transparentaron, por un monto superior a los 13,000 millones de pesos, como denunció públicamente en 2008 el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la entidad.

La realidad es que al Pueblo de México cada vez le toca presenciar campañas políticas con una creciente cantidad de gastos obscenos, que rebasan topes de campaña en “ida y vuelta” con toda facilidad, y que disponen de herramientas de fraude y manipulación de la opinión pública más sofisticadas, tales como las “encuestas”, los call-centers que llaman a todas las casas y hasta textean a todos los celulares, etcétera.

No hay peor ofensa que podamos escuchar en México que cuando se nos dice que nos es muy costosa  “la democracia”, porque a este cochinero de financiaciones ocultas de campaña de ninguna forma se le puede llamar democracia, sino demagogia o manipulación de la élite usurpadora de los bienes y recursos nacionales, ejercida reiteradamente contra el Pueblo a base de campañas de mentira, ignorancia, coacción y desinformación, pero la verdad es que ni con todo eso pueden, cuando los ciudadanos se levantan en un solo clamor democrático de cambio, sea aquí, en Túnez o en Egipto.

—Ahí tienen la última buena noticia internacional, de cómo el Imperio estadounidense y su comparsa “bancaria” española trataron de detener por todos los medios (incluido por supuesto CNN en Español) y por todas las “encuestas” al hermano Pueblo peruano, en su triunfo popular libertador con Ollanta Humala, y así fue que no consiguieron imponerles a la populista candidata neoliberal del mismo color “rojo-fresa” ,reminiscente del PRI, a la señora Keiko “Eru-mori”.