Política cero
Jairo Calixto Albarrán
2011-06-27 • No es que no se trate de una bonita tradición política, pero, a juzgar por los últimos sucesos, cualquiera diría que lo de hoy son los shots de tequila, glu glu. De otra manera no se explican los arrebatos luismiguelianos con los que salen a la palestra para declararse campeones imbatibles: Humbeto Moreira que, en vez de hacerle el antidoping a su cartera, anunció que iba a ganar todo para el PRI, que es como decir que se va a dar alma, corazón y vida por Voldemort.
El mero mero del chúntaro style tendría que moderar sus promesas apocalípticas, antes de que lo declaren trol del imperio de Sauron.
En el mismo tenor se encuentra Eru El Chapitas Ávila, que para no andarse con jaladas llamó a sus adversarios a “respetar como demócratas el voto de la gente”, como si las ilusas ilusiones de las encuestas hubieran ya viajado en tranvía. Ya le anda por dejarse el copete.
También tenemos la presencia ejemplar de ese Gárgamel disfrazado de pitufo, Luis Felipe Bravo Mena que, con el tumbao que tienen los guapos al caminar, ha dicho que “se les va a caer la baba porque vamos a ganar”. Todo como si no hubiéramos babeado lo suficiente con la fraseología célebre de los reyes del optimismo pando, Lujambio, Cordero y Lozano. O con las estrategias jelipistas en la narcoguerra y el humanismo representado en la guardería ABC.
Aunque menos echador que sus contrincantes, el Santa Claus en primavera con el espíritu de incha del River Plate advirtió : “Daremos la voltereta”, en una especie de homenaje al Tri que, con goles espectaculares se levantó de la lona frente a los de EU.
Egos desmecatados que, quizá, deberían tomar cursos intensivos de humildad con Catémoc Cárdenas y Marchelo Ebrard, que para no desmadejarles los entusiasmos a la fanaticada, y descontrolar a los paparazzi, prefirieron exponerse a que la gente ya no extrañe como antes su ausencia.
Así, Marchelo no se presentó a la marcha del orgullo gay, a pesar de estar convocado, no por evitar escenas de pudor y liviandad, ni por cálculo político, sino porque seguramente tenía que hacerse otro examen de próstata. No fuera a ser la de malas.
Y qué decir del Ingeniebro que, siempre tan solidario, anunció que no acudiría al cierre de campañas de Encinas aduciendo “asuntos personales”. Ya me imagino, debe estar preparando su participación en la película de Los Pitufos, y no como algunos mal pensados suponen alistándose para ganarse un predio en el paraíso atlacomulquense.
Bueno, igual y Cárdenas se arrepiente como El Chango y termina de medio volador en los Xolos de Peter Hank.
www.twitter.com/jairocalixto
El mero mero del chúntaro style tendría que moderar sus promesas apocalípticas, antes de que lo declaren trol del imperio de Sauron.
En el mismo tenor se encuentra Eru El Chapitas Ávila, que para no andarse con jaladas llamó a sus adversarios a “respetar como demócratas el voto de la gente”, como si las ilusas ilusiones de las encuestas hubieran ya viajado en tranvía. Ya le anda por dejarse el copete.
También tenemos la presencia ejemplar de ese Gárgamel disfrazado de pitufo, Luis Felipe Bravo Mena que, con el tumbao que tienen los guapos al caminar, ha dicho que “se les va a caer la baba porque vamos a ganar”. Todo como si no hubiéramos babeado lo suficiente con la fraseología célebre de los reyes del optimismo pando, Lujambio, Cordero y Lozano. O con las estrategias jelipistas en la narcoguerra y el humanismo representado en la guardería ABC.
Aunque menos echador que sus contrincantes, el Santa Claus en primavera con el espíritu de incha del River Plate advirtió : “Daremos la voltereta”, en una especie de homenaje al Tri que, con goles espectaculares se levantó de la lona frente a los de EU.
Egos desmecatados que, quizá, deberían tomar cursos intensivos de humildad con Catémoc Cárdenas y Marchelo Ebrard, que para no desmadejarles los entusiasmos a la fanaticada, y descontrolar a los paparazzi, prefirieron exponerse a que la gente ya no extrañe como antes su ausencia.
Así, Marchelo no se presentó a la marcha del orgullo gay, a pesar de estar convocado, no por evitar escenas de pudor y liviandad, ni por cálculo político, sino porque seguramente tenía que hacerse otro examen de próstata. No fuera a ser la de malas.
Y qué decir del Ingeniebro que, siempre tan solidario, anunció que no acudiría al cierre de campañas de Encinas aduciendo “asuntos personales”. Ya me imagino, debe estar preparando su participación en la película de Los Pitufos, y no como algunos mal pensados suponen alistándose para ganarse un predio en el paraíso atlacomulquense.
Bueno, igual y Cárdenas se arrepiente como El Chango y termina de medio volador en los Xolos de Peter Hank.
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