lunes, 8 de agosto de 2011

Los marginados por el sistema provocan disturbios en Londres #London #riots

El barrio de Tottenham tiene la tasa de desempleo más alta de Londres, una composición étnica multicultural y uno de los focos más importantes de bandas juveniles armadas en las últimas tres décadas. Ayer, luego de los peores disturbios en la capital en 25 años, su avenida central, la Tottenham High Road, parecía una imagen de la Segunda Guerra Mundial. El esqueleto carbonizado de un edificio, negocios destrozados, coches dados vuelta, un autobús de doble piso convertido en una masa negra y triturada eran algunos de los rastros de la batalla campal que se desató con la policía durante una protesta por la muerte de Mark Duggan, un residente de la zona de 29 años, taxista y padre de cuatro hijos.





Más de 40 personas fueron arrestadas, 26 policías y tres civiles resultaron heridos en unos disturbios que recordaron las batallas callejeras en suburbios londinenses durante la década thatcherista del ’80. En un momento de la batahola, que comenzó el sábado alrededor de las 20.20 hora local, los manifestantes rompieron el cerco policial y quisieron tomar la comisaría, arrojándole botellas y ladrillos. En medio 
 del caos, un helicóptero vigilaba la avenida desde el cielo mientras en la avenida un grupo de jóvenes con capuchas y las caras cubiertas por pañuelos prendían fuego a dos patrulleros. A río revuelto aparecieron grupos interesados en el consumo gratis. Testigos presenciales vieron a gente que salía con televisores y guitarras eléctricas de un negocio de Tottenham High Road. La cadena de productos electrónicos Curry fue una de las más codiciadas, pero desde la farmacia Boots hasta Body Shop sufrieron el impacto. Los más organizados llegaban al lugar con carritos del supermercado para cargar todo lo que podían.




El gobierno y la oposición condenaron los hechos, pero entre los vecinos estaban los que lamentaban las pérdidas de negocios y casas y los que exigían que se hiciera justicia en el caso Duggan y se atendieran otros reclamos.
Según la escueta versión oficial que ha trascendido a los medios, Duggan murió en un intercambio de disparos en el que se le disparó el arma a uno de los efectivos que participaron en el operativo. En el barrio y entre amigos y conocidos de Duggan, había considerable escepticismo sobre esta versión. “ Estaba metido en algunas cositas, pero no era alguien agresivo”, explicó una mujer de 53 años, amiga suya.




Si el pasado sirve para predecir el presente, similares disturbios en zonas populares de Londres tuvieron una dinámica de días con una tendencia a la repetición semanas, meses o años más tarde. En Brixton, un barrio del sur de Londres con graves problemas socioeconómicos, la muerte de un joven provocó tres días de disturbios en 1981. Cuatro años más tarde, otra muerte, también achacada a la policía, desencadenó varios días de violencia. Una semana después de este incidente, Tottenham protagonizó un hecho similar. La madre de un detenido de origen jamaiquino murió durante un allanamiento policial y desató un día de batallas campales que tuvo uno de sus momentos más trágicos cuando una muchedumbre armada
con machetes y cuchillos mató a un policía, Keith Blackloc.
Es una dinámica que también se ha dado en otros lugares del Reino Unido, como Leeds o Bradford, con similares mezclas de desempleo y problemas étnicos. A esto se añade la crisis actual debido al fuerte programa de ajuste de la coalición conservadora-liberal demócrata. Muchos analistas vienen alertando sobre el peligro que constituye el desmantelamiento de prestaciones sociales municipales y el desfinanciamiento estatal del sector voluntario por el impacto que tiene en la vida de adolescentes y jóvenes que viven al filo de la delincuencia o el nihilismo.

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