viernes, 30 de septiembre de 2011

No son paramilitares, sólo juegan Gotcha


Jairo Calixto Albarrán

Mientras descubro con divertida curiosidad que la mayoría de quienes defienden la vida con vigor son los mismos que piensan que 50 mil muertos son pocos, también veo con extrañeza que, con la aparición de Los Matazetas, al gobierno calderónico se le hace bolas el engrudo al tratar de definir qué es un grupo paramilitar. Algo al parecer más difícil que convertir a las mujeres en prófugas sin derecho a decidir.

Ni siquiera cuando éstos andan en pelotones, traen uniformes soldadescos, cargan armas de alto poder, anuncian sus propósitos ultraviolentos y no son de la PGR, la Marina, el Ejército, SWAT, la Interpol, ni son policías municipales de los Chimalapas.
Bueno, lo mismo les pasó con lo de la Guardería ABC, que nunca pudieron aclarar si fue tragedia bíblica o tragedia a secas. Aunque para Molinar Horcasitas, ese gran humanista, siempre se inclinó por el suicidio en masa.
Seguramente entusiasmado hasta el éxtasis porque los 4 Fantásticos de la Tremenda Corte (Luna, Ortiz Mayagoitia, Aguirre Anguiano y el nada talentoso Mr. Pardo) devolvieron a México al medioevo, donde pertenece, y después de la celebración con Jorge Serrano Limón de Provida, a Felipe Calderón ya no le quedó fuerza en la mano ultraderecha para definir, desde el púlpito de su administración, qué diablos es un paramilitar. Digo, quién quiere echar a perder con esas incómodas nimiedades la gozosa experiencia de consolidar una jurisprudencia como la bajacaliforniana donde, como dice la magistrada Olga Sánchez Cordero, que no cayó en las tentaciones medievales, impera la lógica de “la mujer como la escopeta, siempre cargada y en un rincón”.
Cómo ven que dice el obispo de Mexicali que, en cuanto el Papa vio que se corría el peligro de despenalizar el aborto y de que la mujer podía tomar la potestad de su cuerpo, arregló todo por el teléfono rojo del Vaticano. Chale, ya le quitaron su crédito a Los Pinos, qué gachos.
Como quiera que sea, la que paga los platos rotos es la nueva vocera de seguridad nacional, Alejandra Sota, que ya no sabe cómo explicar que Los Matazetas no son paramilitares, que sólo andan disfrazados de comando porque les dio por jugar al Gotcha.
Así, hasta se extraña la ceja estilo La Doña de Alex Poiré, hoy arrumbado cual tiliche en el Cisen. Creo que estaríamos mejor con Poiré... o con muaré... no, mejor con Benny Moré.
Mientras tanto en su baticueva, prudentemente escondido tras la vitrola, el pequeño dictadorzuelo veracruzano, el señor Duarte, afirma categórico que “no pasa nada; el estado va muy bien encaminado”. Con Matazetas y cuerpos regados por doquier. Se le debe hacer muy difícil mantenerse con coraje, lejos de la transa y la prostitución...
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