viernes, 7 de octubre de 2011

De las intromisiones.

Diario Libertad

Sin descartar que el Vaticano y la religión judía de Occidente están construidos sobre mentiras, asesinatos y fraudes monumentales.  Y para respaldar lo dicho baste recordar el llamado Santo Oficio, también llamada Santa Inquisición.

O “La Donación de Constantino”, que es el fraude más escandaloso del que tiene conocimiento la Historia de la delincuencia. Infinitamente más grande que el Fobaproa y los rescates bancarios, ¡juntos!
Sin olvidar a Onésimo Cepeda, quien siguiendo las “sabias” enseñanzas de San Alphonsi de Ligorio, doctor eclesiástico, se agandalló 130 millones de dólares de una moribunda.
Pues la Theología Moralis del referido “santo” establece que: “El confesor, en el lecho de un católico moribundo, podrá usar de todos los medios para inducirlo a favor de la iglesia; y si los herederos llamasen a juicio al confesor por extorción de testamento, los jueces católicos no deberán creer a los herederos, sino al confesor”.  Theología muy moralis.
No puede extrañar a nadie que Benedicto XVI, quien está demandado en la Corte Penal Internacional de La Haya por protección de pederastas, le haya llamado a Felipe Calderón para que influyera en la decisión de la SCJN para que no se despenalizara el aborto.
Lo que ciertamente hace claro el voto decisivo de su “colocado”, quien de plano y sin ambages dejó ver la madera de la que está hecho al cambiar de bando.
De doña Margarita Luna, solo se puede agregar lo que siempre se ha dicho hasta el cansancio: el peor enemigo de la mujer, es la mujer.
El caso es que la llamada fue hecha, como cínica y jubilosamente lo informó el obispo de Mexicali, José Isidro Guerrero Macías,quien ataviado con vistosas y estrafalariamente caras vestiduras, pomposamente lo dio a conocer, dándole gracias a su dios por haberlos ayudado.
Y aunque desde el Vaticano de manera oficial lo niegan; y sin que siquiera nuestras honorables Autoridades citen al prelado para investigar sobre sus declaraciones y saber a quien llamó.
Aunque sin duda, la presunta llamada, supuestamente hecha a Margarita Zavala, es una (perdón, ¡otra!) clara intervención extranjera en los asuntos de la Patria, que de ninguna manera deberían se ser pasados por alto, ni mucho menos permitidos, cuando menos sin las debidas protestas diplomáticas.
Pero si no se ha hecho prácticamente nada con relación a la venta de armas a los delincuentes por parte del Gobierno norteamericano, será difícil que en este caso se tomen medidas y providencias.

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