Entrevista personal con Felipe Calderón

Por: José Luis Elias García

Hoy a las tres de la mañana me desperté de un sueño que, aunque imposible me pareció muy real. Al principio de esta sesión con Morfeo, me encontraba como de costumbre escribiendo en mi computadora cuando tocaron a la puerta. Al abrirla miré a un grupo de ocho federales armados.
El que iba al frente me preguntó: “eres José Luis Elías”
Yo soy, ¿quién eres tú? Le respondí, tuteándolo como él lo hizo conmigo, que de entrada no le gustó.
Vengo de parte del señor presidente de México, quiere hablar contigo. Me dijo.

“Vaya. ¿Esa es la táctica para llevar a cabo los levantones?, le respondí sarcástico.
No estoy para pendejadas, respondió y les ordenó a sus acompañantes. ¡Súbanlo a la Suburban y vámonos!
Casi en peso me subieron a la camioneta. El chofer arrancó y no se detuvo hasta llegar a un restaurante ubicado por la avenida Manuel Gómez Morín, aquí en Ciudad Juárez.

¡A cabrón! ¿Convirtieron este negocio de comidas en casa de seguridad y de ejecuciones?, le pregunté al federal chilango con cara de buldog que iba a mi derecha. No me respondió nada.

Me bajaron y me condujeron a un pequeño salón de reuniones del local. Grande fue mi sorpresa cuando vi a Felipe Calderón sentado a una de las mesas que se pone para presidir reuniones y a su lado estaba Genaro García Luna.
¡Siéntate!, me dijo García Luna muy molesto, señalando una silla que estaba a dos o tres metros de donde estaba Felipe.

Me senté y me quedé mirando al presidente. Unos minutos después le pregunté: Por lo que intuyo se me acabó el corrido, ¿verdad?

No. Aunque no lo creas, me he enterado que buena parte de lo que escribes es en relación a mí y mi gobierno, respondió.

Felipe, le dije tuteándolo también. En primer lugar es el gobierno de México que tú presides, no es de tu propiedad y si escribo al respecto, es porque considero que tengo elementos para ello y más que con el afán de joder, es el de intentar que recapacites y corrijas tus acciones de gobierno.

Recuerda que máximo treinta personas nos reunimos aquí mismo hace ya seis años, cuando viniste como precandidato a solicitar apoyo para ser candidato a la presidencia.

Yo te dejé muy claro que iba a colaborar contigo, no porque fueras el mejor, porque eras el único y autentico panista que andaba en la competencia, no como los otros tres cerriles. Porque eras el menos peor.
Felipe al haberte ayudado a ser presidente de México, aunque haya sido en muy poca medida, me considero corresponsable de lo que haces al frente del gobierno.

Esa es la razón por la que cada rato te estoy criticando, pero después de mis críticas, añado una propuesta que según yo, solucionaría lo que critico. Después de tu Quinto Informe, te envié al portal de la presidencia una propuesta para sino acabar, si reducir el daño que los narcotraficantes ocasionan. No he recibido respuesta
José Luis, el problema es que tu como muchos mexicanos, no entienden que considero mi deber garantizar la seguridad de todos y me estoy esforzando en ello.

Puedo creer eso. Pero tú debes reconocer que las llamadas estrategias que has implementado no han dado los resultados que debieran. Son muchos muertos ya Felipe. No puedes seguir justificándolos como daños colaterales.
Yo me pregunto, ¿con qué cara ves a tus hijos cuando estás en Los Pinos? Porque por más que intentes que no les llegue la información de lo que se dice de ti, les llega.

¿Puedes imaginar cómo se sienten respecto al héroe que eres para ellos, cuando a cada rato se dice lo contrario de ti? Que estás siendo denunciado a nivel internacional por magnicidio.

Que contrario a lo que ofreciste durante tu campaña política, ser el presidente que iba a generar millones de empleos, son millones los que se han perdido en el país desde el inicio de tu gestión.
Que el número de mexicanos que han engrosado las filas de la vil ruina ha aumentado.

Que el nivel educativo del país está por los suelos, gracias a los sucios arreglos políticos que hiciste con la corrupta Elba Esther Gordillo. Que al parecer tu hermana “La Cocoa” incurrió en lo mismo para ser gobernadora de Michoacán.

Algo peor Felipe. Que al término de tu mandato ya muy próximo, serás más despreciado que Vicente Fox y Luis Echeverría juntos.

Todo por tu insistencia de seguir con las estrategias y la actuación de los militares y los federales al mando de este sujeto, que para nada han estado cercanas a la eficiencia, mucho menos a la honestidad y respeto por quienes gobiernas.

Los reclamos son muchos, así como las pruebas de que en estas corporaciones, proporcionalmente hay más delincuentes con placa que sin ella.

¡Ya basta! Señor presidente, no tiene porque seguir tolerando a este bocón. Permita que me haga cargo de él, dijo muy indignado “el Negro Durazo” de Calderón.

Puedes hacerlo, le reté. Pero quien me quita el gusto de haber dicho lo que dije sobre todo de ti y la felicidad que sentiré al reunirme de nuevo con mi hijo. ¡Adelante!, le insistí.
Hecho una furia se fue encima de mí tirándome al piso, al tiempo que como en el comercial del chocolate, gritaba ¡guardias!

En ese momento me desperté, con un dolor en las costillas, pues me había caído de la cama. Pero muy satisfecho, deseando que el sueño hubiera sido real.

Ciudad Juárez, Chihuahua. Octubre 20 del 2011.