viernes, 14 de octubre de 2011

¡Tongo!, ¡¡Tongo!!, ¡¡¡Tongo!!!... · De las malas jugadas…

·      Gritan desde “galocha” los “cuatitos” cuando en los encordados alguien pretende hacerle creer al Respetable (como diría el recordado Jorge “Zony” Alarcón) en algo que no es cierto; y lo utiliza de pretexto para “ganar” por descalificación…

¡Farsa! Tal vez sería más comprensible para opinar sobre el oprobioso hecho del “atentado terrorista frustrado” que le ha dado la vuelta al mundo…

De la que nos han salvado entre Obama y Calderón, querrían que se dijera; pero más obvio no podía ser (y luego en tiempos de elecciones y reelecciones)…
Sin embargo, el hecho de que Obama estuviera enterado de los operativos con los que introducían armas a nuestro México, ahora ya nada tiene que ver…
Hoy las relaciones son tan cordiales que hasta le regalan armas a Calderón (y a su sucesor, ¡ojo!) para que maten a los que previamente ellos armaron…
En Saltillo, por poner un ejemplo reciente, donde en reciprocidad, los gringos le entregaron a “La Rana”; y sin disparar un solo tiro…
Aunque después hayan disparado tiros como si estuvieran en la feria de Chapultepec (además con muy mala puntería, el número de bajas no corresponde al tiroteo)  Todo de lo más ético…
Pero otra vez les salió tan mal la jugada a estos hijos del Premio Nobel de la Paz, que hasta la belicosa dama Hilary Clinton tuvo que echar marcha atrás y declarar que sin embargo el hecho no ameritaba represalias militares…
Solo iban a castigar económicamente a la Antigua Persia si su Gobierno no daba una explicación de los hechos.  ¡Cuanta nobleza!...
Como si no fuera ya sabido que Israel hace negocios petroleros multimillonarios con Irán; y que lo que quieren es agandallarse el oro negro y meter a explotarlo a sus petroleras, como lo hicieron en Irak…
Pero lo cierto es que los insaciables banqueros del mundo quieren acaparar todo el petróleo y por eso desde fines del año pasado tienen en la mira a Irán…
Solo que las cosas, para variar, no salieron en Afganistán como pensaban (los Talibanes son más necios que Calderón y ya volvieron a recuperar sus territorios)…
Por lo que han tenido que retrasar sus productivas guerras (con las que piensan salir de sus muy serios problemas económicos) en las que los muertos no importan, lo que importa es que venden armas como locos y se adueñan de sus riquezas…
Pensaban llegar a Irán por Siria, pero tampoco no les salió bien la jugada desestabilizadora, y a pesar de enviarles apoyos a los mercenarios inconformes, el Gobierno de Bashar al-Assad ha resistido el embate…
Y la multitudinaria manifestación de hace un par de días en Damasco, en apoyo de su Presidente y repudiando la intervención extranjera, debe de haber puesto a pensar a la “inteligencia” norteamericana en que el asunto no es tan fácil como pensaban…
Pero como el mundo ya se sabía lo de las armas de destrucción masiva con las que Saddam Hussein pensaba desaparecer a medio mundo.  Lo de las Torres Gemelas, lo del asesinato de Kennedy, y hasta lo de Perl Harbor…
Sin soslayar lo de Libia, que con el pretexto de la Democracia han alborotado el gallinero, a tal grado que en estos momentos nadie sabe o ha dicho en qué va a acabar todo este desorden mundial; que, a querer o no, comienza a parecer apocalíptico…
El mundo, literalmente hablando, ha vuelto a adorar al becerro de oro, que ya hace miles de años, según Moisés, el pueblo hebreo adoraba…
A los gobiernos del mundo, salvo honrosas excepciones, que afortunadamente siempre las hay, solo les interesa el oro…
Hasta los que debiesen ser, o cuando menos parecer, más humildes (cuando menos eso es lo que predicaba Il Poberello de Asís) se recubren de oro; como si con oro pudiesen disfrazar su espíritu de miseria…
El mundo está sometido al mandato del dinero.  Al parecer todo y todos tienen (tenemos) ya de alguna manera un precio.  Y sin valores y sin Justicia no se puede seguir adelante.  Y tal vez ni siquiera vale la pena…
Y nos Vemos en la próxima, si el Sol me presta vida.

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