martes, 22 de noviembre de 2011

Beltrones no quiso ser patiño de Peña Nieto

Por Victor Hernández

Hay que reconocerle a Manlio Fabio Beltrones el no haberse prestado para la farsa de ser patiño de Enrique Peña Nieto en la precampaña del PRI cuando los dados estaban claramente cargados a favor del del copete engominado.

Vamos, el haberle quitado a la convocatoria del PRI la cláusula que hacía obligatoria la equidad en la campaña, y el ponerle mordaza a la cargada de lambiscones que buscan los favores del sobrino de Arturo Montiel a toda costa era peor que una farsa; era una mentada de madre política de Humberto Moreira con dedicatoria para Beltrones.

La pregunta es si la declinación de Beltrones era lo que el PRI quería. Veamos:

1. Por un lado, el poner a Beltrones en la precampaña le pudo haber restado un poco de votos a Peña Nieto —y en una de esas hubiera dejado claro que Peña Nieto es un títere de Salinas, mientras que Beltrones se hubiera visto un poco más al centro.

2. Por otro lado, el ir como precandidato único le impide a Peña Nieto usar tiempos oficiales de radio y televisión para hacer precampaña.

3. Pero eso en realidad no es problema. Total; ponen a cualquier chango del PVEM o del PANAL que la haga de sparring y asunto arreglado.

Soy más bien de la idea de que el PRI sí quería que Beltrones declinara. Y que la convocatoria que hizo para la candidatura tenía esa intención; hacer que Beltrones declinara por su cuenta, sin que se lo tuvieran que pedir. Poner a Peña Nieto lado a lado con Beltrones, como quedó claro en las “presentaciones de proyectos” que hizo el PRI hace unas semanas, para lo único que ha servido es para que quede claro que Peña Nieto es un es una nulidad.

¿Qué le darán a cambio a Beltrones? La columna de chismes de El Universal, Bajo Reserva, especuló ayer que el premio sería una senaduría para el yerno de Beltrones, Pablo Escudero, quien es líder de la bancada del PVEM en San Lázaro y que, como el resto de los diputados del PVEM, ha servido para tres cosas.

Ahora lo que sigue es ver si Beltrones se va a quedar tan tranquilo, o si va a ponerle zancadillas a Peña Nieto. O si le van a ofrecer alguna otra cosa para que no lo haga. Digamos, por ejmplo, la Secretaría de Gobernación.

Lo que falta saber es si de verdad se lo cumplirían. Soy más bien de la idea de que no.

Que no se espere entonces Beltrones. Que aplique las zancadillas. Para muchos, eso será más aplaudible que permitirle a Salinas regresar al poder por medio de Peña Nieto.

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