Democracia y votos.

Mientras el honorable Ban Ki-moon declara la “liberación” de Libia, lo que no requiere de mucho análisis para saber que la ONU es el traspatio de los EEUU, o sea, de los banqueros sionistas de la Reserva Federal, que todavía tienen a bien exigirle al Congreso norteamericano sus condiciones. Sin dejar de comentar que según la revista Forbes, Obama es el hombre más poderoso del mundo, arriba de Vladimir Putin; cuando el primero es un simple empleado de las poderosas transnacionales, y el segundo hace lo que le viene en gana (o casi)
Pero volviendo con la kafkiana clase de democracia que se vive en el mundo, los honorables mandatarios europeos, principalmente de Alemania y Francia, se molestaron seriamente con Grecia por el referéndum que el Gobierno quiere hacer entre sus ciudadanos para saber lo que piensan con relación a las condiciones impuestas por los organismos internacionales, por lo que el Primer Ministro Papandréu reculó y siempre no llevará a cabo el referéndum…
En nuestro México, el no menos honorable lasallista Marcelo Ebrard, declaró, con relación a la encuesta que entre los ciudadanos se hará para saber si lo prefieren a él como candidato de izquierda, o a Andrés Manuel López Obrador, que una cosa es lo que digan las encuestas y otra la decisión que tomen los Partidos Políticos (¿?)
Para terminar con que la esposa del Presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández Reyna, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que transita por su segundo periodo, que se lanza para la vicepresidencia de su País.
Y que Felipe Calderón, quien probadamente llegó a la Presidencia tras un escandaloso fraude electoral, quiere imponer a sangre y fuego a su hermana como Gobernadora de Michoacán.
Cuando no son pocas las voces que dicen que el atentado en el que fue ultimado el Alcalde de La Piedad, fue un “daño colateral” para, desprestigiando a la oposición y mostrándose como las víctimas, ganar votos.
La pregunta es, si ante este bizarro panorama de la “democracia” mundial, verdaderamente vale la pena ir a votar.
Sin dejar de recordar al inmenso Polibio, quien decía que “Las democracias siempre degeneran en violencia y anarquía”