viernes, 18 de noviembre de 2011

Maratón de besos

Daños Colaterales

Irene Selser

En 1991, Benetton, la firma fundada en 1965 por el joven Luciano, el mayor de cuatro hijos que con sólo 20 años y una bicicleta que vender terminó creando en Venecia uno de los emporios textiles más pujantes del planeta, saltó a la fama con un provocador fotomontaje, idéntico en su concepto al que hoy, multiplicado en muchas bocas, ha vuelto a sobresaltar a la opinión mundial.

Católicos y musulmanes, israelíes y palestinos, franceses y alemanes han reaccionado con enojo, cuando no con furia, a su última campaña UNHATE —Contra el Odio—, donde inimaginables parejas como el papa Benedicto XVI y el imán egipcio Ahmed Tayeb; el presidente Barak Obama y su par venezolano Hugo Chávez o el premier israelí Benjamin Netanhayu y el líder palestino Mahmud Abas se besan sin tapujos, ni muros ideológicos o religiosos de por medio, con tórrida fruición, al igual que Nicolas Sarkozy y su vecina Angela Merkel. Un maratón de besos en fotoshop como aquél de hace dos décadas, ideado por el fotógrafo milanés Oliviero Toscani (1942), que selló los secretos de un cura de sotana negra con los de una virginal monjita de blanco.
No es a lo chusco a lo que apuesta el emporio Benetton, con ganancias superiores a los 2,100 billones de euros al año. De lo que se trata, según el propio Luciano (1955) es de “hacer algo más que vender camisetas”. En el incitador Toscani, Luciano halló la visión de su imagen, y el fotógrafo, alguien que le financiera sus ideas.
La primera campaña (1990) contra la discriminación racial mostró a una mujer negra amamantando a un niño blanco; le siguió el beso de los hábitos, que también horrorizó al Vaticano de Juan Pablo II; luego el drama del sida, con la foto real de un joven agonizando en su cama junto a sus padres, con la cabeza de lado como Jesucristo en la cruz; y en 2007, entre muchas otras campañas y ya sin Toscani, la imagen escuálida de Isabelle Caro, la modelo francesa que pesaba 31 kilos cuando la campaña No anorexia. Caro murió en diciembre pasado pesando 25 kilos.
Junto a las billonarias ganancias de Benetton a tan sólo 24 horas de lanzada UNHATE, la campaña contra el odio parece que también alcanzó su segundo objetivo: nunca antes israelíes y palestinos, católicos y musulmanes, galos y germanos, habían estado tan ardorosamente de acuerdo en un mismo tema.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario que sera publicado automaticamente; si este,no fue publicado por favor notificalo a nuestro correo electronico sadimyer@gmail.com