¡Re, re, represión! ¡Re, re, represión!

  Jairo Calixto Albarrán

 Política cero

Me hubiera gustado decir que me encontraba en mi departamento de avenida Kukulkan, contiguo al del nini Verde donde organiza sus orgifiestas con la grata compañía de sus papaloys, que no son ni niños ni verdes y mucho menos ecologistas. (Tan buenos los reventones, que para festejar su salida del poder, el mismísimo rey del bunga bunga, el mítico cavalieri Berlusconi, le ha pedido a Jorge Emilio que los convide a él,
a Papandreu y a Michel Bauer). Pero no, estábamos en cabina en Coordenada 102.5 junto con Susana Moscatel, cuando entró el reportero Carlos Reyes para hablar sobre la movilización de pilotos y sobrecargos en la Secretaría de Comunicaciones. Carlos ya establecía que los manifestantes no estaban de buen humor, y era lógico; llevan meses de ver nada más cómo el gobierno calderónico, a través de Javier Lozano y Pérez Jácome, juegan con sus sentimientos ojetamente. Prometen y prometen y nada.
Todo mientras los trabajadores de la aviación se mantienen en estatus de negociación, discusión, de propuesta, sin caer en las tentaciones del lucha, lucha, lucha, no dejes de luchar.
El comportamiento al que tanto aspiran políticos, funcionarios y burócratas de la onda laboral, que señalan con acentos telenoveleros hacia los movimientos sociales más ríspidos.
Comportamiento morigerado que a ASPA no le ha valido de nada, pues sigue siendo tratada con abulia, menosprecio y jodidez. No sólo no le resuelven sus exigencias de trabajo y resucitación de Mexicana de Aviación, sino que toda los saqueadores de la empresa, como Gastón Azcárraga y los supuestos inversionistas que llegaron a la rapiña, no han sido molestados ni con los amagues de un michoacanazo fallido.
Eso sí, contaba Carlos Reyes poniendo en riesgo el físico, que los granaderos de la hoy muy ebrardiana Ciudad de Vanguardia madreaban de lo lindo a los subversivos mientras apañaban, luego de azotones y perrazos, al líder de la causa, Fernando Perfecto, con tacto echeverrista.
Un dato más para pensar que México ha dado un salto cuántico hacia ese pasado tricolor que siempre fue peor: Moreira habla como López Portillo cuando afirma que él no tiene por qué renunciar a menos que se lo mande Peña Nieto por Twitcam; las elecciones michoacanas donde PRI, PAN y PRD son burros hablando de orejas, parece de 1976; cuando Jelipillo anuncia un adelanto del aguinaldo para la burocracia que, más bien, parece un empujoncito nepotista para su Cocoa sister, se diría que estamos en la época dorada del Arriba y adelante...
Curioso que al sindicato menos rijoso le tocaran los chingadazos. Sólo por hacer por primera vez lo que otros luchadores sociales hacen cada día.
¡Re, re, represión! ¡Re, re, represión!