PRI y PAN: el voto por medio de la fe

@Mar_Morales_

Cuando se trata de sacar provecho de los posibles votantes, los partidos politicos se pintan solos. Ayer, despues de una acalorada discusión en la Cámara de Diputados, y circulando rumores sobre acuerdos pactados en lo oscurito entre Peña Nieto y la jerarquía catolica sobre unas reformas al artículo 24 de la Constitución, se dio un altero ataque al Estado Laico. Las cosas parecían ser simples, incluso benéficas para la sociedad. Se pretendía, palabras más, palabras menos, que cualquier persona, del culto religioso que fuera, profesara “abiertamente”, en público o en privado, su libertad de creencias Con ello, se daría la libertad a que un grupo de personas celebraran misas, rezos, lecturas o lo que les pareciera apropiado, para propagar su fe entre sus adeptos. No sonaba tan mal, decian algunos. Yo me mantuve con reservas por no querer sacar conclusiones anticipadas sobre la conveniencia o no de permitir que la fe de algunos circulara libremente. Me callaba aunque me sonaba raro el repentino fervor religioso de ciertos diputados, que abogaban por las “libertades” en un país que precisamente carece de eso, de libertad. Al transcurrir las horas y ver los matices que tomaban la discusión entre legisladores, con el rumor, aun sin “desmentir” de un pacto entre el pintoresco y fanfarrón precandidato priista y los no menos patéticos representantes del clero en México, me seguía pareciendo que había gato encerrado. Las épocas preelectorales, el desinflamiento del ex gobernador del Estado de México debido a sus constantes resbalones y la búsqueda desesperada de la obtención de un mayor número de votantes, me parecían --- y parecen --- demasiado coincidencias para querer sacar tan al vapor una reforma constitucional de esta naturaleza. Mal pensada que soy, Por mi mente se atravesaban imágenes de grupos “religiosos” (de cualquier culto) levantando los brazos al cielo para agradecer que puedan reunirse en el parque o en la cochera, incluso en el mismo patio de la escuela de los hijos, para agradecer al Creador que los priistas y panistas les hayan dado consentimiento des “ejercer” su libertad de credos. Veía también la contraparte: la proclama – y hasta posible linchamiento--- de los “revoltosos” de la izquierda, los rompesesiones, los que “van contra las instituciones”, los que no “saben nada”. En esos dos escenarios, pensaba lo benéfico que sería para los partidos tricolor y blanquiazul que un grupo considerable de personas aplaudieran una reforma de ese tipo, el gran número de votantes que ganarían por poder “predicar su fe”, y los puntos negativos que tendrían los diputados de izquierda por ateos, escandalosos e inmorales.

Algo así sucedió. La toma de la tribuna por diputados del PT no fue del agrado de muchos, sobre todo de esos medios electrónicos que proclaman a voz llena las virtudes de la “unión familiar”, los valores y cualquier cosa linda que le quieran poner. En pos de la hipocresía esos medios, cuyos espacios y opiniones son financiados desde el poder, pregonarán sin enfado que las sesiones se interrumpen en forma indolente y en detrimento de la patria por un grupo de legisladores que no saben hacer nada.

Pero lo cierto es que las reformas no son benéficas para la sociedad , sobre todo si tomamos en cuenta los posibles encontrones que surgirán cuando religiones opuestas peleen el mismo espacio, o cuando las personas se polaricen más debido a sus diferencias, o cuando, claro está, todo aquel que no predique sus mismas ideas – y esto incluye ideas políticas--- no esté de acuerdo con ellos.

Én una sociedad cimentada en una moral tan falsa, donde no importa que el vecino muera -menos 50 mil personas- pero sí importa salir a “pregonar” la fe, la propuesta y aprobación de reformas constitucionales venidas precisamente de dos partidos que siendo antagónicos en la disputa del poder, se toman de la mano para despertar sonrisas y alegrar el corazón de miles de creyentes, no nos deja mas que sospechar que fue un ardid más para ganarse adeptos y desprestigiar más a la izquierda. El voto por medio de la fe. Un punto más a favor de aquellos que nos hunden pero que en la ceguera de la religiosidad, pocos podrán entender.