2011-04-07
¿Se han dado cuenta de que desde hace algunos días las posturas y declaraciones de todos los que se encuentran bajo las órdenes de Felipe Calderón –incluyendo a la clase política y a los medios de comunicación vendidos- han cambiado de tono? Hasta hace unas semanas todos ellos se limitaban a decir que en la guerra contra el narco se estaba haciendo todo lo que se podía, realzando con orgullo el gran número de delincuentes caídos o atrapados, pero dándole la vuelta al tema de los más de 35 mil muertos y los civiles inocentes que han sido ejecutados. Sin embargo, con motivo de las crecientes demandas que nosotros, los ciudadanos mexicanos inconformes, hemos hecho en contra del exceso de violencia, las autoridades han cambiado de manera significativa el contenido de su discurso y el modo en que lo dicen.
Es claro que Felipe Calderón está molesto. Me atrevería a decir que en más de una ocasión ha hecho uno que otro berrinche porque los mexicanos en vez de aplaudirle, agradecerle y levantarlo en hombros, hemos decidido exigirle que termine con la estúpida guerra que comenzó, responda por todas las víctimas inocentes que han sido ejecutadas en esta guerra infame y genere políticas públicas que verdaderamente sirvan para atacar el problema de raíz.
Ahora, el señor Calderón se ha visto en la necesidad de implementar una nueva estrategia de imagen, en la cual se ocupa principalmente en tratar de justificar sus acciones. Esto se hizo imperioso después de darse cuenta de que el ahora ex embajador de Estados Unidos en México nos llamaba estado fallido; Obama afirmaba que Calderón estaba frustrado; el presidente de Ecuador, Rafael Correa Delgado, decía que en México los cárteles de la droga dominan territorios completos; y finalmente, que el temor, la violencia, la muerte y la masacre se están apoderando de la sociedad mexicana y los mexicanos exijamos respuestas ante los más de 35 mil muertos en esta guerra. La conjunción de estas eventualidades hizo necesario que el gobierno federal se diera a la tarea de elaborar un plan de acción para limpiar su imagen y legitimar la estúpida guerra de Calderón. Pero ¿cómo hacerlo?
Pues bien, creo que el paso número uno de su plan de trabajo consistió en impedir que la población esté correctamente informada. Esto lo quisieron hacer con el muy controvertido Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia (casi podría afirmar que los medios de comunicación pactaron esto a cambio de ciertos favores y preferencias en la batalla de las telecomunicaciones, pero bueno a fin de ser objetiva no ahondare en ese tema por ahora). Este acuerdo señala en su punto 4 que “La información que se difunda sobre el crimen organizado debe asignar a cada quien la responsabilidad que tenga sobre los hechos de violencia…Por otra parte, cuando la acción del Estado se realice dentro de la ley, debe quedar claro que la violencia es producto de los grupos criminales”. ¿A que se refiere lo anterior?, pues bueno, en mi opinión, básicamente compromete a los medios de comunicación a siempre echarle la culpa a la delincuencia organizada. Los medios de comunicación firmantes se comprometen a informar los hechos violentos de modo que siempre quede claro que los que matan a los inocentes son los grupos criminales, y no el ejército. Este primer paso lo que lograría sería convencer a los ciudadanos de que en los enfrentamientos, los que matan son los criminales, y los militares, quienes actúan bajo las órdenes del señor Calderón, solo se defienden. Este paso número uno tal vez le hubiese servido a Felipe Calderón de no ser porque en México sí existen medios de información responsables que no firmaron esta basura de acuerdo, y que gracias a ello, periodistas como Carmen Aristegui siguen informando de manera veraz y sin ataduras, impidiendo de este modo la polarización de la información. (gracias Carmen Ü)
El paso número dos en su plan de trabajo, consiste en eliminar la responsabilidad del estado con respecto a la muerte de civiles inocentes en la guerra contra el narcotráfico. Esto lo logró Alejandro Poiré Romero, Secretario Técnico del Consejo de Seguridad Nacional, a través de un pequeño ajuste en el nombre de la “base de datos de homicidios presuntamente relacionados con la delincuencia organizada”, para que ahora se llame “base de datos de fallecimientos ocurridos por presunta rivalidad delincuencial”. Señaló que esto es simplemente con la finalidad de “evitar que la nomenclatura propicie confusiones o equívocos de carácter jurídico”, sin embargo, lo que verdaderamente implica, es la pérdida de responsabilidad por parte del Estado sobre todos los homicidios relacionados con la estúpida guerra de Felipe Calderón. De este modo, las muertes pasan de ser un delito a un simple suceso y un número más en su base de datos, logrando que los ciudadanos no puedan culpar al gobierno federal por la muerte de gente inocente.
El siguiente paso en el plan de acción, podría consistir en convencer a los mexicanos de que en otros países ven las acciones de Felipe Calderón con buenos ojos. Y ¿esto cómo?, pues bueno, en el marco de la celebración de la Cumbre Internacional de Antinarcóticos ya han sido varios los representantes de diversas naciones que halagan y aplauden el esfuerzo realizado por Felipe Calderón. Basta con señalar las declaraciones de Michele Leonhart, titular de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, quien señaló que “Aunque parezca lo contrario el nivel de violencia en México es un señal de que se está teniendo éxito”, y además afirmó que en México los narcotraficantes parecen “animales enjaulados” que se atacan entre ellos. Con estas declaraciones lo que quiere que los mexicanos creamos es que efectivamente, el hecho de que tanta gente muera es por el gobierno federal va ganando la guerra, y que todas las víctimas inocentes son producto de los enfrentamientos entre los propios narcotraficantes. Sin embargo, yo tengo dos motivos muy fuertes para no creerle ni una palabra: en primer lugar, esta declaración contradice significativamente lo que hace algunos días manifestó el presidente Obama, quien señaló que notaba cierta frustración en Calderón por la fuerza de los cárteles, aunado al hecho de que el ya ex embajador de EUA en México nos tacho como un estado fallido; en segundo lugar, no debemos de olvidar que la Agencia Antidrogas de Estados Unidos le debe una a México, con motivo del accidentado fracaso del operativo “Rápido y Furioso”, cuyas consecuencias en México han sido desastrosas. Así que me atrevo a afirmar que cualquier declaración emitida por parte de la DEA va encaminada a pagar los platos rotos de su error.
Finalmente, el último paso seria cambiar el discurso de los funcionarios federales, con la finalidad de hacer creer a la ciudadanía que la guerra y sus consecuencias son totalmente justificadas. Por ejemplo, Alejandro Poiré, reconoció que la lucha contra el narcotráfico ha dejado mucho dolor, pero aseguró que si no se hubiera dado este combate, hubiera significado dejar a los mexicanos a merced de los criminales; ¿de qué trata de convencernos con su discurso?, pues de que la guerra es justificada, y que si no se hacía nos iba a ir peor. Ahora sí ya aceptan todas las muertes y el sufrimiento que se ha ocasionado (cosa que antes no hacían), pero siempre señalando que si el gobierno no lleva a cabo estas acciones, nos dejarían a la merced de los malos.
Otro ejemplo -y en este si pienso detenerme un poco más porque en verdad me causó indignación y preocupación al escucharlo- fue lo declarado por Genaro García Luna, ante las cámaras de Televisa al ser entrevistado por Loret de Mola (firmante del acuerdo, peón de Calderón). Este infame personaje y secuaz de las atrocidades de Felipe Calderón, señaló que en unos siete años comenzará una tendencia a la baja de la violencia y en tres, el Ejército podrá regresar a sus cuarteles y la policía hacerse cargo de las labores de las fuerzas armadas. Además, en cuanto a las manifestaciones que se harán en contra de la violencia, declaró que "Estas manifestaciones están enfocadas contra la delincuencia y las autoridades tenemos que sumarnos a cualquier esfuerzo de la sociedad". No se ustedes, pero en lo personal, me dieron ganas de entregarlo a algún grupo criminal para que lo ejecutaran a su estilo. No se si este señor aparte de desgraciado sea analfabeta, porque no supo leer lo que muy claramente escribió Javier Sicilia en su carta, estamos todos hasta la madre de los criminales y también de la clase corrupta política, como él, hipócrita. Además nos dice que el Ejército podría regresar a sus cuarteles en unos tres años cuando la policía pueda hacerse cargo de las labores de las fuerzas armadas; que quiere decir esto, ¿que aún nos falta aguantar 3 años más de tener al ejército en las calles?, y ¿qué pasa si en 3 años la policía aún no puede llevar a cabo la labor del ejército?, pues que si la policía no es capaz, el ejército se queda, punto. ¿Hasta cuando?, pues nadie sabe realmente. Por otro lado nos dice que en unos siete años comenzará una tendencia a la baja de la violencia… pero no se dejen engañar, predice sólo una tendencia a la baja de la violencia (criminal o militar, no especifica), pero esta estúpida guerra no se acaba ahí.
Como pueden ver, Felipe Calderón elaboró todo un plan de trabajo para limpiar su imagen y yo le veo dos objetivos: el primero e inmediato es justificar su guerra estúpida, y el segundo a largo plazo, asegurar una permanencia del PAN en el poder, vendiéndonos la idea de que sólo ellos han trabajado, sólo ellos han dado resultado, sólo ellos se atrevieron a hacer una guerra necesaria y sólo si se quedan ellos, en algunos años (los cuales a mí me parecen demasiados) algún día muy lejano habrá un cese en la violencia. Baahhh, patrañas
SOLO TE QUIERO COMENTAR LILIANA QUE LE BAJES A TU TONO DE COMO TE EXPRESAS. YA QUE ESTE MUCHACHITO TIENE NOVIA. ASI QUE, NADA DE QUE TE HUBIERA GUSTADO CONOCERLO EL MIERCOLES. Y ANDARLO BUSCANDO. EL DOMINGO FUIMOS A PARTIDO JUNTOS Y EL SABADO FUIMOS A CUERNA JUNTOS ASI QUE, UBICATE!
ResponderEliminar