El que la Casa
Blanca haya declarado en torno a la guerra verbal que sostiene con Irán,
que ellos no pretenden provocar un nuevo conflicto; pero que su flota
seguirá teniendo presencia en el Golfo Pérsico, a pesar de los avisos de
que el Gobierno de Mahmud Ahmadineyad no repetirá su advertencia.
Oportuno
comentar que el Estrecho de Ormuz por donde navegan los buques
norteamericanos son territoriales de Irán. Y si bien hay tratados
internacionales que permiten el libre tránsito de buques por toda esa
zona, se entiende que se refiere a naves comerciales o de turismo, pues
los tratados a los que hace alusión el gobierno yanqui, nada dicen que
embarcaciones de guerra. Y menos que puedan llevar a cabo maniobras y
ensayos bélicos.
Y aunque la
situación económico-financiera por la que atraviesa el Gobierno del
patético “Premio Nobel de la Paz”, hace urgente una nueva conflagración
que les permita resarcirse mediante el saqueo y la venta de armas a sus
socios.
Las próximas
elecciones, más la inconformidad del pueblo norteamericano (y ya no se
diga de los europeos) para que su dinero, de por sí escaso, se destine a
más guerras, pudiera ser el freno hacia una nueva conflagración; ésta,
por otro lado, y dadas las circunstancias, pareciera inminente.
¡Vaya forma de comenzar el año!; y todo gracias a la desmedida ambición del imperio del consumismo.
Editorial del díario Libertad
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