lunes, 30 de abril de 2012

Sobreviviente de las explosiones de Guadalajara de 1992 cuenta otra historia a la oficial

Silvia Gómez, cuenta cómo sucedieron los hechos, y en cada recuerdo hace presente su indignación y dolor por aquel 22 de abril de 1992. Su versión no coincide con la versión del gobierno de entonces ni con las cifras que dieron oficialmente los medios: 210 personas, y que todavía a veinte años de la tragedia siguen reiterando, según Silvia, con las mismas mentiras, mientras los sobrevivientes siguen con las mismas demandas sin atención.


Fueron 15 kilómetros de explosión en varias colonias, desde Atlas, Velarde, Barrio de la Luz, Barrio de San Carlos y llegó hasta San Juan de Dios, explica. Algunos medios señalan que fueron ocho kilómetros. El número de víctimas, para Gómez no es ni aproximado a la realidad. La revista internacional Nacional Geographic señaló que eran “trece kilómetros de calles destruidas, con 1120 casas y 450 negocios. Mueren 211 personas y 1400 resultan heridas. 15.000 personas quedan sin hogar.” Otros medios locales, dice que fueron ocho kilómetros y unas mil viviendas destruídas con 206 víctimas mortales.
 El 22 de abril de 1992, Guadalajara
 Foto: Del Blog del Copy

Sin embargo, Silvia Gómez señala que cuando pasó la tragedia, los sobrevivientes reclamaron las actas de defunción de sus familiares fallecidos, y las actas decían que las muertes eran por diversas causas, como atropellamiento, o por accidente, menos por la explosión. A la persona que rechazaba esa acta de defunción, le decían que si no la aceptaba, no le iban a pagar la indemnización que era el 60 por ciento del valor real de su vivienda. “Los registros están falseados”, afirma contundente.
Gómez recuerda que la Iglesia Católica elaboró un censo, y que aunque no dieron a conocer las cifras exactas, “porque también son parte del sistema”, sí hubo un sacerdote que participó en la elaboración de ese censo, “y nos dejó saber que por debajo de la mesa que habían sido más de tres mil muertos”, señala.
Para esa tragedia se habilitaron cinco morgues como el auditorio Benito Juárez y el Politécnico de Guadalajara, y otras tres más. En una de estas morgues, explica Silvia, ya iban en el número mil a unas cuantas horas de la tragedia, porque les ponían el número colgado de los pies, y eran cinco morgues. “Eso de la cifras oficiales, es una burla más de toda la sarta de mentiras que se ha dicho sobre la tragedia”.

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