jueves, 19 de agosto de 2010

Y un buen día...quitaron el Himno Nacional


Jaime García (@JaimeGarcia16)

Nueve años tuvimos que esperar para ver otra vez a un equipo mexicano disputar la final del torneo de clubes más importante del continente y el más añejo del orbe, la copa Libertadores de América. Y sí, al igual que le ocurrió en 2001 a la máquina cementera de la Cruz Azul en el estadio Alberto J. Armando, "la bombonera", el club de futbol Guadalajara, las chivas rayadas, salieron amargas y con la derrota a cuestas en su visita al estadio Beira-Rio en Porto Alegre, Brasil.  
No ahondaré en las cuestiones de partido e independientemente de los hubiera, tengo unas reflexiones para compartir.  
Primera. Ignoro qué circunstancias extra futbol detonaron el regreso de Adolfo Bautista a la titularidad del club más popular del país. Vaya, incluso esas nebulosas "razones" le permitieron jugar un mundial hace dos meses. La guapeza, es decir, el no arredrar ante las peculiares circunstancias que la Conmebol impone --léase: árbitro, himnos cortados, pocas chances para entrenar---, se deben respaldar en la cancha y nada más lejano en la actuación de bofo.  
De vez en vez en esta copa aparecen figuras que aguantan todo, les gusta la presión del público, las patadas de los rivales y hablar todo el partido, cito a: Guillermo Barros Schelotto, Juan Riquelme, Carlos Tévez, Cuauhtémoc Blanco y, a partir de hoy, Andrés DAlessandro.  
Adolfo el chiva no se animó a pedir la pelota, vamos no la ha pedido en más de 3 años. Tribuneó en la previa pero después del pitido inicial jugó ensimismado. Durante todos los tiros libres en contra cumplió y no más.  
Y entonces, me parece, no debe extrañar la partida de Omar Bravo, la patada llanera de Arellano y el llanto de Fabián. En tres distintas expresiones, y acorde a lo que sus trayectorias les permiten, la frustración ante los designios de la pareja presidencial en perpetua luna de miel hizo su aparición.  
Segunda. La manera pueril, atroz y descalificadora en que el arbitraje sudamericano y la confederación de esa zona meten la mano a la bolsa de los equipos mexicanos. Todas las divididas se marcan en contra, amonestan a los jugadores aztecas por nimiedades y solapan las patadas sin pelota así como el corte con infracción por sistema.  
Y tal parece que nueve años después de poco ha servido la actitud servil de los directivos y jugadores mexicanos cada vez que cruzan el canal de Panamá. Si bien es un simple partido de futbol, bajo ningún concepto la abrupta interrupción del Himno Nacional debe pasar desapercibida, pero, amigo mío, se lo aseguro, pasará.  
Los desaires, humillaciones, malos tratos y canalladas hacia los representativos del futbol mexicano son constantes. Al día de hoy no ha pasado algo. Valdría la pena preguntarse: ¿por qué uruguayos, argentinos y brasileños no son sujetos de esas prácticas? Y más aún valdría la pena recordarlo cada vez que, pequeño como es el mundo del futbol, alguno de esos coloridos y cascabeleros personajes osen buscar fortuna en México.  
Tristemente, ocurre lo contrario. Nuestro país es el refugio por excelencia para algunos vividores, amañados y carroñeros individuos que encontraron en el futbol cómoda subsistencia.  
Tercero. La ausencia de amor propio por parte de algunos futbolistas incapaces de poner ese "extra" --algunos otros le llaman huevos---. Espeluznante la manera en la que se pasman. Tal vez ahora quede claro porqué Magallón difícilmente pondrá un pie fuera del país para jugar profesionalmente al futbol.  
Algunos exquisitos (sin afán de ofender pero no creo perdiesen siquiera una final de matatena) ven con malos ojos el hecho de buscar camorra al final del partido. ¿Y qué esperaban?, ¡si perdieron!,  ¿a quién le divierte perder? De alguna forma necesitan sacar tanto coraje y frustración. Tal vez el problema esté en la arraigada cultura del "a la otra sale". Por lo menos un trío de valientes no tuvieron ese pensamiento.   
Es futbol, una competencia en donde los participantes tienen como único objetivo ganar. La afición y el "espectáculo" de poco importan si pierdes. Insisto, no está mal terminar a las trompadas. Aunque comprendo y respeto profundamente a aquellos que no lo entienden.  
En la cancha y los partidos es inevitable atravesar por situaciones como las vividas en el Beira-Rio por el "rebaño sagrado". ¿Desconocidas para millones? Sí, ¿condenables? No. Ante la ignorancia, por favor, tolerancia y respeto.  
Dicen, el futbol mexicano ha crecido mucho desde que tiene el "honor" de participar en los torneos organizados por la Conmebol, esa idea, creencia o realidad este jueves permitió la ofensa a uno de nuestros símbolos patrios ¿precio justo?, ¿servilismo?, ¿negocio?, ¿promoción?, póngale nombre.    
Además de lo anteriormente escrito, sigo pensando que Hugo Sánchez es un tribunero, el "Pikolín" Palacios es la máxima desgracia del futbol mundial, Brasil juega con doce, Pelé es un farsante, Maradona D10S, y Ricardo La Volpe un tipo poco entendido por su tiempo, desgraciadamente. 
Felices días para todos.

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