EL LOBBY

MAURICIO FERRER

◗ Apuntados para 2012

José María Martínez Martínez, Alfredo Argüelles Basave y Rodolfo Ocampo Velázquez son los nombres de los panistas que, por la llamada corriente tradicional que al interior del PAN local lidera el diputado federal Francisco Ramírez Acuña, aspiran a ser el candidato blanquiazul a la alcaldía de Guadalajara en 2012.
Los tres personajes –los dos primeros diputados locales y el tercero, ex titular del Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA)–, degustaron este miércoles cortes y vinos en un restaurante en compañía de los dirigentes panistas en Guadalajara, Manuel Romo Parra, y en el estado, Hernán Cortés Berumen.
Desde la noche anterior a la comilona panista había circulado la versión de que se definirían las reglas del juego por la candidatura blanquiazul para Guadalajara. De paso, aseguraron fuentes panistas, se acordaría cerrar filas en torno a Cortés Berumen para la candidatura de AN al gobierno de Jalisco, también en 2012.
Juan Carlos Partida, reportero de este diario, informó ayer que había trascendido que Ocampo declinaría a favor de Argüelles, por lo que solamente dos nombres suenan dentro de la corriente política del ex mandatario jalisciense: José  María Martínez Martínez y Alfredo Argüelles Basave.
Hasta ahora, Martínez Martínez es el que más suena como favorito dentro de la contienda interna paquista. Previo a la contienda interna panista para las elecciones de 2009, fue un acuerdo que el entonces diputado Jorge Salinas iría por Guadalajara como abanderado albiazul ese año. De paso, quedó establecido que sería Abraham González Uyeda el candidato del grupo de Ramírez Acuña el chido para la gubernatura en 2012; y Martínez Martínez –quien entonces era simple regidor tapatío– el muchacho que encabezaría al PAN para Guadalajara dentro de dos años.
Pero los resultados dieron un giro tremendo. Primero, la derrota panista en las urnas que llevó de regreso al PRI a Guadalajara. Segundo: Salinas quedó como regidor, Uyeda como un efímero coordinador de bancada legislativa –y por ende como un fugaz aspirante a una candidatura en 2012– y Chema Martínez como el ganón en todo esto. Suplió a Uyeda como líder de la fracción y ha ganado reflectores mediáticos, lo cual lo pone tanto en ventaja como en desventaja para lograr lo que todos quieren: la alcaldía de Guadalajara cuando el priísta Aristóteles Sandoval finalice su trienio (si es que antes no se lanza como candidato al gobierno estatal, que todo apunta hacia allá).
De lograr ser el muchacho de la corriente panista, Chema Martínez tendrá que enfrentar al bueno de Casa Jalisco. Hasta ahora solo suena el nombre de César Madrigal, diputado federal y ex legislador local, afín al grupo del gobernador Emilio González Márquez.
Por otro lado, no se ha definido aún quién será el suspirante por el gobierno de Jalisco en el lado de los paquistas. Hernán Cortés es uno de varios que quiere llegar a “la grande” de la entidad pero González Uyeda tampoco se descarta (él mismo, claro está).
En la cancha de Casa Jalisco son dos los que hasta ahora se disputan ser el buenazo para 2012: el secretario general de Gobierno, Fernando Guzmán Pérez Peláez y el titular de Promoción Económica, Alonso Ulloa Vélez.
Dicen que este último anda coqueteando con la dirigencia estatal, más apegada a Ramírez Acuña que otra cosa. A ello se suma que ha salido al quite, como buen sparring, en el conflicto que mantiene el gobierno estatal con la Universidad de Guadalajara. Tan sólo el miércoles pasado se atrevió  a decir que la FIL y el Auditorio Telmex, como negocio, son un fracaso.
Por lo pronto ya saltó el secretario general de Gobierno, Fernando Guzmán, quien dijo que no son tiempos de destape. De continuar así, van a llegar más peleados que nunca hacia 2012; mismo escenario que en 2009. 
La casa paga 
Pérdida de tiempo… y de recursos. ¿De qué sirvió ir hasta México y tomarse la foto juntitos los dos? Casa Jalisco no ha interrumpido su campaña contra la UdeG en espots televisivos ni en boca de funcionarios; la casa de estudios continúa en marchas. Lo mejor hubiera sido interrumpir de un lado y otro los mutuos golpes para ir, al menos más relajaditos, a la mesa de diálogo que dizque acordaron.