¿Dònde està el enemigo?

Escrito por sdpjalisco el Noviembre de 1, 2010

Luis Carlos Nàjera Secretario de Seguridad del Estado

En Jalisco tenemos un director de Seguridad Pública que no admite consejos ni admite su incapacidad, está acostumbrado a presumir una sapiencia que raya en lo ridículo. Dentro de la infinita variedad de necios, nuestro director de Seguridad Pública pertenece a los necios, por no decir tontos, que se empeñan en que su voz sea la única.
Hoy se queja que “está solo”, que “necesita apoyo social”, que “los medios de comunicación no están ayudando”, “que está sin apoyo institucional, estatal, federal o municipal”, me recuerda la letra de una vieja canción: “Nadie me quiere, todos me odian…”.
Señor secretario de Seguridad Pública, su servidor ha tenido la oportunidad de estar con usted, no en una, sino en varias ocasiones, tanto a nivel regional como estatal, como invitado al consejo estatal de seguridad pública, como representante de la sociedad civil o como simple ciudadano, lo conozco y me conoce bastante bien como para sorprendernos uno del otro.
En todas las ocasiones que hemos coincidido para tratar el delicado tema de la seguridad en nuestro Estado, siempre he encontrado al mismo funcionario necio y sordo, así que por favor, no llore su soledad, está usted solo porque así quiere estar.
Le he hablado de las mejores prácticas de seguridad implementadas por distintos países, de los valiosos trabajos de verdaderos expertos en seguridad como los del doctor Edgardo Buscaglia, de los hermanos Moloeznik, entro otros. Sin embargo, no sólo menosprecia los trabajos de estas personas con una reconocida capacidad, sino que usted y funcionarios de segundo nivel, como el director de la Gran Alianza por Jalisco, el señor Leonardo García Camarena, desprecian la ayuda totalmente desinteresada de estos expertos. Recuerdo la respuesta que le dio el gobierno del Estado a toda una personalidad mundial en seguridad, que se ofreció a venir a Jalisco para capacitar a las distintas instancias de gobierno en la materia: “Federico, así sea el mismísimo papa, si el pueblo de Jalisco no me pide su presencia, que se quede donde está”.
Ante estas respuestas, ante esta necedad, ante esta incapacidad, por favor, no lloren que “están solos”.
Federico González Alfaro