@gust_sanchez
2011-06-24
“Tavo” (Octavio Contreras) me conoce y yo lo conozco a él. No perfectamente pero, por lo menos, más que sólo de vista. Desafortunadamente, él trabaja en Presidencia de la República y su trabajo es recibir órdenes. Afortunadamente (para mí), por ahora publico mis trabajos en un medio cien por ciento libre, aunque con una línea editorial perfectamente definida –de hecho,está en su nombre- la cual, por cierto, a mí nunca se me ha impuesto en ninguno de mis reportes periodísticos (notas, crónicas, entrevistas…).
Octavio llegó este jueves al Bosque de Chapultepec mucho antes que yo y cualquier otro mediode comunicación, ya que su trabajo consistía –como siempre en cada acto presidencial- en darle acceso a la prensa acreditada; en este caso, tenía que dar acceso a los periodistas que serían testigos del encuentro que sostendrían el poeta Javier Sicilia y Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa.
Llegué a las 9 de la mañana, una hora antes del acto, pues desde que supe de este encuentro yluego de haber tenido la fortuna de participar en la primera Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad, me interesaba muchísimo, primero, ver el final de un capítulo de esta historia que está muy lejos de su final, para, a la postre, hacer una peculiar crónica de lo sucedido.
Primero, Octavio rehuía de mí cuando me le acercaba para que me dejara pasar. A pesar de que ya se me había confirmado el acceso al acto oficial un día antes, me decía que lo dejara hacer su trabajo, que no lo molestara, que me hiciera a un lado y, luego, que el oficio había llegado muy tarde. “Tavo” cambió varias veces su discurso conmigo. Sólo conmigo.
A todos los medios acreditados e incluso a más de diez que ni enviaron su oficio y, porconsiguiente, no lo traían a la mano, se les permitió la entrada. Sólo bastaron unas llamadas, paraque Octavio autorizara la entrada de cualquier periodista, desde los que trabajan en “Sopitas.com” hasta a Enrique Krauze y Ricardo Alemán.
Me consta que, minutos antes de las 10 de la mañana, Contreras le insistió a su jefe, Juan Claudio Morones, que yo estaba esperando en las vallas de acceso al Castillo de Chapultepec.
Fue también tanta mi insistencia con Octavio sobre el porqué necesitaba entrar, que terminósoltando: “tengo la instrucción expresa de no dejarte pasar”.
Ahí pararon mis discusiones con él porque, cuando se trata de acatar órdenes, sé que OctavioContreras las acata.
Los elementos del Estado Mayor Presidencial se admiraron tanto del espectáculo que habíamos dado que mejor se quedaron callados e inmóviles. Sólo se la pasaron viéndonos.
Por todo esto, estoy sumamente indignado.
Y es que no, no iba a gritarle “perro” ni nada a Felipe Calderón, como lo hizo algún periodista iraquí cuando tuvo a George W. Bush enfrente. Tampoco iba al Castillo a aventarle los zapatos al malogrado Presidente de México. Ni me sorprendería ver la estatura presidencial porque ya lo he visto de frente, tanto en un acto oficial en Los Pinos (cuando nombraron a Francisco Blake nuevo Secretario de Gobernación), como de lejos lo he visto en otros lugares.
Mi trabajo no consiste en hacer reclamos, por más profundos que éstos sean. Mi trabajo consiste, primordialmente, en preguntar ¿qué?, ¿quién?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde? y ¿por qué?
Desde hace unos años, descubrí que mi pasión es esa, hacer periodismo, y es lo que ahora hago y haré hasta el día de mi muerte.
Hoy no pude registrar e interpretar (con una crónica) el encuentro público Sicilia-Calderón y, antetal atropello, no me queda más que pedir una respuesta clara y puntual (incluso off the record)sobre el porqué se me negó la entrada a un acto oficial del jefe del Estado Mexicano.
Le pregunto a Juan Claudio Morones Pacheco, que recibe órdenes de Alejandra Sota Mirafuentes,que a su vez recibe órdenes de Felipe Calderón Hinojosa: ¿Por qué se me negó la entrada al Castillo de Chapultepec si cumplía con todos los requisitos para el ingreso?, ¿quién dio las “órdenes expresas” de no dejarme pasar?, ¿es contra mí o contra el medio de comunicación enel que ahora participo?, pues ¿de qué se trata?
Por la tangente.-
I- Acostumbrado a ver que cuando cualquiera pide una respuesta, nunca la hay por parte del Estado Mexicano, me dispondré a organizar (aún no sé cómo ni exactamente con quiénes) la publicación de un libro para agosto próximo, en el que se expongan loscasos de algunas de las víctimas de la violencia; las historias de los muertos que tienen nombre y apellido; lo que dicen los muertos en vida luego de que grupos criminales les mataron a un hijo, una madre, un hermano, un padre… y el gobierno mexicano no hizo nada por ellos.
II- El libro que, pienso, se llamará “Estamos muertos”, tendrá una dedicación especial: A Felipe Calderón Hinojosa.
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