Los terroristas no tienen dosis de cinismo

Jairo Calixto Albarran

Una de dos, o los terroristas iraníes son unos pelmazos de marca que en su afán de acabar con el imperio yanqui son capaces de buscar a Los Zetas para ejecutar sus planes diabólicos (o sea, ¿qué no saben que pueden acabar en una narcofosa?), o tienen en tan alta estima el profesionalismo del crimen organizado nacional
—en principio porque sí está organizado, no como otros— que decidieron buscar su apoyo para conseguir lo que cualquier priista en estos días: conquistar el mundo.
En vez de ponernos rápidos y furiosos los del gobierno federal, que ya no hallan la manera de difundir que no son paramilitares, era para que más bien nos sintiéramos orgullosos de que en el extranjero reconozcan la calidad de la hiperviolencia mexicana con calidad de exportación.
Digo, cuando organizaciones que han demostrado su capacidad para el terror, el atentado y el magnicido acuden acá las tortas, no se puede soslayar. Es como si naciones con democracias un poquito más experimentadas vinieran a tomarse unos cursos propedéuticos al IFE sobre cómo hacer dudosas unas elecciones.
Y es que lo hecho en México está bien hecho. En una de esas veremos a Wily Reyes (mejor conocido como el Peñanieto de Tlapa, Guerrero), presunto asesino del diputado 500 y aspirante a sustituirlo, triunfe en American Idol; a Fidel Herrera convertido en el de relaciones públicas de Lufthansa o de la telefónica multinacional ATT; a Niurka en calidad de secretaria de Cultura de Suecia, y a los émulos del padrote Maciel instalados en la administración de los destinos de la Unicef.
Y, por supuesto, no descartemos que a Jelipillo & García Luna Productions les ofrezcan las fuerzas de paz de la ONU o Amnistía Internacional.
Sobre todo porque el presi Calderón en la constitución de Províctima (esa fiscalía especial que tendría que haberse ideado antes de que los daños colaterales se le desparramaran a la narcoguerra) dio una muestra de reflexiva humanidad al decir que sí, que todo parece indicar que es “muy alta la cifra de desaparecidos”. Bueno, eso y que también acaba de descubrir que en materia de salud no está muy boyante la cosa, pues su aparato de inteligencia detectó, sin querer queriendo, que hay desabasto de medicinas en el sistema.
Lo bueno es que en este país todo se resuelve con una coalición o un debatito descafeinado entre Manlio Fabio Beltrones y Peña Nieto (chale, les hubieran dado su “perla negra” para prenderlos), un kilo de quesos o una fianza de 15 mil pesos. Ya si te corren del PAN como a los ediles de Monterrey es tu pex.
Lo único que les faltaría a los terroristas iraníes para estar bien adiestrado es declarar, como Matrix Paredes, que no tienen dosis de cinismo.