sábado, 15 de octubre de 2011

Movimientos sociales. Síndrome de Estocolmo. El sistema ataca

Celerino Herrera
@xecuela
2011-10-15


La participación social es un tema que ha cobrado un auge maravilloso. Túnez, Egipto, el 15-M de los indignados en España,1800xChile; son sólo algunos donde las redes sociales han, no solo disminuido la brecha que hay entre las personas, sino también encendido llamas en las entrañas de muchos,
que ha provocado levantarse, salir de casa, gritar, levantar las manos, en fin... participar.

Las últimas semanas han demostrado que los partícipes comenzaron, tal vez, sentados en un sillón, en un bar, un salón de clases y al leer algo en sus pequeñas pantallas, comenzaron por un  retuit, un like y no quedaron ahí. 

Algunos complejos sociales han mordido el polvo últimamente en ciertas partes del mundo, uno de ellos es la apatía. Muchos otros complejos habrá, hablaré de ellos como enemigos del cambio, porque frenan el desarrollo. Hoy me quiero enfocar a uno en especial.

En este hermoso país he visto gente relativamente culta y de éxito que se vanagloria al decir "ese está loco, ya se quedó arriba por las ganas de poder" refiriéndose a Andres Manuel López Obrador, y ante la simple pregunta sobre sus argumentos para tal opinión, lanzan evasivas y en ocasiones, argumentos de risa como los tenis de su hijo.

¿No se dan cuenta que el discurso de Morena es el fundamento para lo que ya opinamos todos?

¿Cuánto tiempo no hemos escuchado que los poderosos no pisan la cárcel, que todo está corrupto, que el poder es para negocio familiar, que las televisoras sólo quieren quedar bien, que los mafiosos tienen todo arreglado y a los que atrapan es por que "no se pusieron al tanto"?

La imagen que tenemos de la clase política es pésima, lo peor de todo, la cobijamos, somos una sociedad con algo así como un Síndrome de Estocolmo.

El sistema político que maneja el poder, procura mantenernos como su rehén y ataca a aquellos haciéndonos pensar que nos está defendiendo o que estaremos peor en libertad.

Ya sabemos cómo es que el poder fáctico y los privilegiados de éste atacan a AMLO, y es (hasta) ahora que entiendo la inteligente y mañosa estrategia de señalar a Andres Manuel como "mesías" y repetir hasta el cansancio que sus seguidores son fanáticos religiosos (pejefans) y en el momento que alguien esté de acuerdo con algo que "el peje" diga, te encasillen como un fanático religioso.

Pero el poder fáctico y los privilegiados no siempre habían actuado así, me explico:

Alguna vez Carlos Marín, Ciro Gómez Leyva o Ricardo Alemán (para el caso lo mismo) en alguno de sus momentos de lambisconería excesiva, planteó la hipótesis referente a Fernández Noroña: "Si García Luna o Felipe Calderón fueran asesinos, pues simplemente ese diputado ya no estaría vivo".

Cuando yo tenía 11 años, recuerdo las primeras palabras de mis papás y otros mayores en 1994: "Habló de más", sí, me refiero a el atentado de Colosio.

No trato de comparar, no he investigado ni la mitad de Luis Donaldo Colosio de lo que he investigado de AMLO, pero es el último protagonista político que recuerdo que se refirió al poder como algo que había que renovar por completo. Aquel discurso en el que refirió justo los problemas que tiene la gente al acercarse a una dependencia, lo que sienten las personas al tener a un policía cerca, lo que el pueblo siente en las entrañas: "Hambre y sed de justicia", que por cierto es bíblico.

Hablaré sólo de una semejanza y una diferencia entre Luis Donaldo y Andrés Manuel:

Similitud: Ambos se refirieron al pueblo como víctimas y señalaron al poder.

Diferencia: Colosio estaba adentro, en las entrañas del poder donde todo se controla, AMLO está afuera donde nada se predice.

Siento escalofríos.

http://twitter.com/xecuela

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