miércoles, 23 de noviembre de 2011

¡Se los juro por la virgencita de Guadalupe!

Jairo Calixto Albarrán

Hay almas de naturaleza apocalíptica y paranoica que ven en todas partes auténticas demostraciones de que Dios ya no nos quiere. Lo mismo en la renuncia de Manlio Fabio Superstar a sus aspiraciones presidenciales (y no era para menos, a quién se le habrá ocurrido ofrecerle Gobernación, ni que fuera el inspector Poiré que no Poirot), que en la exigenci
a de perredistas y panistas para que Fausto Vallejo no acepte el cargo de gobernador de Michoacán hasta que no se sepa el papel del crimen organizado en las elecciones michoacanas (como si fuera una novedad que el narco está en todo, incluso en misa).
Sin embargo, hay otro tipo de espíritus que se dejan llevar por el pensamiento positivo, y cuando escuchan que el Dipuhooligan tricolor jura por la virgencita de Guadalupe que no golpeó a la ex diputada Rosario Guerra, e incluso afirma que se considera todo un caballero, no piensan en el fin del mundo, sino en el advenimiento de un nuevo orden mundial donde los dipuhooligans no sean vistos con menosprecio, sino con admiración cual mesías del nuevo PRI, salvajemente grupero.
Incluso, sé de mexicanos que en lugar de ver a Chepina Vázquez Mota como un peligro para México por anunciar sin demasiados pudores que se siente la Rajoy mexicana (de hecho el ultraderechoso nuevo presidente español se siente un poco apenado de sí mismo por hacer ver al ex presidente Aznar prácticamente como un comunista), la contemplan admirados porque ven en ella a la heroína que derrocará a la maestra Gordillo y a Dolores Padierna como las villanas favoritas de México.
Si así está el nivel de las hipérboles, entonces Zapatero debe ser el Godoy español.
Y hay compatriotas que, debido a su estoicismo infinito, no piensan que sea sospechosista que los inversores dispuestos a entrarle al tema de Mexicana de Aviación se echen a correr a media negociación. Antes al contrario, creen con firmeza en los buenos oficios y en la voluntad política de los secretarios del Trabajo y de Comunicaciones y Transportes, aunque cada vez que se cae un trato para levantar la línea aérea celebren como Tomás Boy la expulsión de un jugador del Cruz Azul.
Como quiera que sea, las verdaderas señales del Armagedón planetario están en otra parte. En que Jenni Rivera quiera ser la Oprah Winfrey latina, por ejemplo.
Ya se sabe que lo de Don Beltrone, convertido ahora en estadista y víctima triunfante de la unidad peñanietista, es una cortina de humo para olvidar lo del affaire del Circo Moreira Hermanos. Y lo de las investigaciones para saber si el PRIcámbrico temprano tiene nexos con algún cártel, será sólo para despistar al enemigo. Sería más fácil encontrar los 35 mil millones de pesos del rey del chúntaro style.
www.twitter.com/jairocalixto

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