miércoles, 14 de diciembre de 2011

El pendejo de la semana

Cada semana en México hay razones suficientes y aspirantes haciendo fila para ser nombrados El pendejo de la semana. Los méritos extraordinarios de Enrique Peña Nieto para repetir en esta ocasión exceden las expectativas de un pendejo común y corriente, y merecían una exhausta revisión para ser el primero en repetir: Se los dijimos.
En esta ocasión no viene solo. En su discurso de aceptación del pendejo de la semana, el ex gobernador del Estado de México y candidato único del PRI a la presidencia, deberá agradecer a su staff, familia y amigos, quien ayudaron a meterlo más en el agujero mediático al que se aventó sin paracaídas.
Vayamos por partes. Ya era “casi” presidente. Gran pendejada. En un ejercicio de soberbia inmensa por parte de EPN y su equipo, apoyado en una de las más jodidas tradiciones del priismo conocida como la cargada, se incorporó a discurso oficial la idea de que cualquier crítica al PRI era “un ataque a la democracia, a las instituciones y parte de una guerra de lodo”. Traducido, pues es ya mejor aguantarse, es ya inevitable que las elecciones solo sirvan para “obedecer el mandato de los mexicanos” y que cualquiera que abriera la boca sería considerado un traidor a la causa del elegido que viene a rescatar a México de la oscuridad y la guerra.

Poses de Luis Miguel back in 1976, confeti y acarreados cerraron el evento con la familia real televisiva rodeando al candidato, donde una cantidad innumerable de paleros aplaudían un discurso mas hueco que el cerebro detrás del copete. La experiencia que vendría después no la esperaba ningún analista con los modelos más complicados.
Es doloroso presenciar la escalda de pendejadas vertidas por Peña Nieto en la Feria Internacional del libro, pero es aún más increíble la respuesta de quienes defendían a toda costa la pobre respuesta de quien habiendo presentado un libro no puede enumerar tres que lo hayan marcado. Tres pinches libros que lo van a seguir hasta el último de sus días, se acuerde o no de ellos.
Respondió que los libros que más lo han marcado han sido algunos pasajes de la Biblia, La Silla del Águila (Fuentes, 2003) -que atribuyó incorrectamente a Enrique Krauze-, así como libros de Jeffrey Archer y de Enrique Serna; y aunque añadió que no podía "señalar un libro que haya marcado de manera específica mi vocación”, decidió incluir La Inoportuna Muerte del Presidente (Acle Tomasini, 2011).
La Insoportable Levedad del Gel. ¿Cómo es posible escribir sin necesidad de leer? Los sospechosos comunes en el canal de televisión que todos ven le restaron importancia. Su familia fue aún más allá. Aquí las menciones honoríficas:
Paulina Peña Pretelini: Hija del primer matrimonio Enrique Peña Nieto que en un “acto natural” para defender a su padre retuiteó una pendejada de su novio cub mirrrey. Por ser “menor de edad” se le pasa el insulto velado siendo que es la edad perfecta para nalguearla para que aprenda la lección.
Luis Videgaray Caso y equipo de Peña Nieto: ¡Son los Post-its, estúpidos!
Carlos Loret de Mola y Adela Micha: Se nota para quien trabajan. "Leer es irrelevante a la hora de Gobernar" es la manera que explica como la televisión reina en México.
Hay quienes pudieran pensar que Enrique Peña Nieto es todo menos pendejo. El cuidado que se ha hecho de su imagen habla por sí solo: ¡Ese hombre no puede ser un pendejo! Es casi blasfemo llegar a pensar que un hombre con esa seguridad y aplomo pudiera cometer alguna pendejada. Enrique Peña Nieto no podría hacerlo. Sería en todo caso, hasta pasado de listo tratando de componer cifras y números en la muy bien orquestada campaña en donde al ex gobernador del Estado de México se le muestra como un hombre lleno de logros certificados y virtudes mágicas para componer los problemas del país. Un guía predestinado a recuperar la tranquilidad robada por la guerra sin sentido iniciada por los gobiernos del PAN en una serie de actos meticulosamente coreografiados en donde todo se vale, inclusive recurrir a la libertad poética y al maquillaje de cicatrices que no deje duda de que es él quien sabe hacerlo.
La semana pasada la revista The Economist publicó un reporte sobre las cifras que Enrique Peña Nieto habría presentado para aparentar haber reducido el crimen en el estado de México en casi un 50%. Cual sería su sorpresa al descubrir que alguien se tomó la molestia de comparar cifras y cuestionarlas en una de las publicaciones con mayor prestigio mundial. Según Peña Nieto, “Uno de los logros más ilustrativos que hemos tenido es la reducción en la tasa de homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, al pasar de 16.5 en 2005 a 7.6 en 2010”.
La revista no solo demostró lo incorrecto de los datos, también obligó a aceptar publicamente que habían sido falseados, excusándose con la diferencia de metodologías usadas. Ante la evidente pendejada al virtual candidato del PRI no le quedó más que aceptar que, en efecto la revista estaba en lo cierto, pero no porque se hubiera mentido, sino por una diferencia metodológica. Imaginen que sería la primera vez que un gobernador del estado de México quisiera agarrar de pendejos a sus ciudadanos
Este tipo de pendejadas no pasan desapercibida,y mucho menos en el contexto de la eminente designación de Peña como candidato de su partido, decisiones tan arriesgadas que no pasan por escritorios de pendejillos que escriben discursos, no. Estas son pendejadas mayores. Ninguna cifra va sin verificar y alguien tuvo que tomar la decisión que por “metodologías diferentes” se recortaran de un plumazo, delitos que harían ver mejor esa cara al llenarse de regocijo ante el escenario faraónico del sexto informe de gobierno y poder así recibir una ovación de pie. Saludo de palma ladeada y abrazo institucional al publico de por medio.
Un error de metodología ´pudiera ser un error “menor” en un virtual candidato que tiene las encuestas a su favor y que es meramente un trámite el pasar por una elección que parece fácil ganar. Así que hay que asegurar que se gane y no quede duda del triunfo. Es por eso que el grupo de 45 diputados del Estado de México se han estado asegurado en San Lázaro de contener por todos los medios posibles la reforma política y que ha manipulado incluso a diputados de otros partidos para evitar que tener que lidiar con la ciudadanía y con temas que la revolución institucionalizada se encargó de desterrar con el sufragio efectivo y la no reelección. No quisiera llamar al estrado de los pendejos a la diputada del PRD que se sumó al grupo que negó la posibilidad de la reelección legislativa y municipal pero queda registrada su participación.
Enrique Peña Nieto y su partido apuestan a que los datos no se leen ni se discuten y que los mexicanos somos pendejos. Esto evidencia una vez más los viejos hábitos disfrazados de nuevos y envueltos en un papel brillante dentro de una caja que emite imágenes de una telenovela épica. Es desafortunadamente, la idea que tienen los políticos de los ciudadanos como tú y yo.

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